Lejos de los análisis futbolísticos, detalle de sistemas y críticas a diferentes directores técnicos, hay varios que prefieren echarle la culpa de la sequía de títulos en Mundiales de la Selección argentina a la famosa «maldición de Tilcara».
Lo cierto es que ahora varios de los ex jugadores involucrados en ese mito, que formaban parte de la Selección argentina que dio la vuelta en el Mundial de México 1986, están dispuestos a cortar el «maleficio» y viajarán a la ciudad jujeña de Tilcara para lograrlo.
Según informa El Tribuno de Jujuy, Oscar Ruggeri, Jorge Burruchaga y Ricardo Bochini, entre otros, serán los que se dirijan hacia el santuario de la Virgen de Copacabana del Abra de Punta Corral para acabar con el maleficio.
Lo cierto es que hasta el Ministerio de Salud de la provincia de Jujuy quiere encargarse de la seguridad y comodidad de esta comitiva, que llegaría para ponerle fin al mito llevando la imagen sagrada hasta el santuario.
¿QUÉ DICE LA LEYENDA?
Todo sucedió cuando el grupo de 14 jugadores conducido por Carlos Bilardo se hospedó en Tilcara, entre el 5 y el 15 de enero de 1986. El objetivo principal del DT era entrenar al equipo en las alturas ya que el próximo partido se jugaría en México.
Una vez en el pueblo -a 2.460 metros sobre el nivel del mar-, Bilardo descartó las dos ofertas oficiales de hospedarse en los clubes Terry y Belgrano, por lo que se aceptó la propuesta de entrenar en un humilde y nuevo club zonal, el Pueblo Nuevo.
Como todo pueblo en el interior del país, en Tilcara hay una iglesia, se llama Señora del Rosario y fue inaugurada en 1865. Allí se encuentra la Virgen de Copacabana del Abra de Punta Corral, a la que todos sus fieles ofrecen sus promesas a cambio de una nueva visita. El Seleccionado también lo hizo; pidió, pero parece que no volvió.
Según contó Bilardo hace unos años, él no estaba al tanto de ninguna promesa puntual. Sin embargo, los pueblerinos de Tilcara insisten y aseguran que el equipo del ’86 salió campeón del mundo gracias a este pedido y, como no nadie volvió a agradecerle, la mala suerte seguirá sobre la Selección Argentina durante varios años.