Delincuentes ingresaron al edificio religioso dos veces en tan solo una semana. Se llevaron elementos electrónicos y musicales, valuados en una importante cantidad de dinero.
Los delincuentes no se toman vacaciones, y comenzaron el año con dos golpes a la capilla San Pablo, ubicada sobre la calle General Paz de la capital provincial.
Antonio Ocaña, sacerdote de la iglesia, comentó: “los delincuentes primero se llevaron, micrófonos, cables, el mezclador de sonido, un reflector que iluminaba al Portal de Belén y otros elementos imprescindibles para las celebraciones eucarísticas. La siguiente vez lograron llevarse el amplificador de sonido cuyo costo ronda los 20 mil pesos”.
El cura pidió a los responsables que se arrepientan y que no se beneficien con la venta de lo robado.