Se trata del resto más antiguo encontrado fuera de África.
Es apenas un fragmento de maxilar superior que conserva siete dientes completos. Perteneció a un adulto, joven, que seguramente no vivió más de 35 o 40 años y del que no se sabe si fue hombre o mujer. Tampoco por qué murió. Y sin embargo, es sumamente extraordinario. Porque cambia el relato que hasta ahora teníamos sobre nuestra especie, sobre su origen y su salida de África.
Apareció en la cueva de Misliya, un yacimiento en el Monte Carmelo, en Israel, y se estima que tiene entre 177.000 y 194.000 años de antigüedad. Sus características modernas confirman que perteneció a un Homo sapiens, a uno de los primeros que se asomaron fuera del continente africano.
Un equipo internacional de investigadores lo han estudiado y comparado minuciosamente con restos fósiles de distintos grupos de homínidos. Y han llegado a la conclusión de que se trata, sin duda, de un Homo sapiens. Eso convierte a esta mandíbula en el fósil más antiguo de nuestra especie jamás descubierto fuera de África.
El hallazgo, que se presenta en la revista Science, sugiere que los Sapiens, después de surgir en algún lugar del continente africano, lo abandonaron al menos 60.000 años antes de lo pensado, lo que concuerda con lo que estudios genéticos previos ya habían apuntado.
Esta mandíbula data de hace entre 177.000 y 194.000 años y es el fósil más antiguo de nuestra especie jamás descubierto fuera de África.