Distintos arcos políticos rechazaron la idea del diputado de Cambiemos sobre buscar un camino a la reconciliación con represores de la dictadura de los ’70s. Propuso imitar el proceso que llevó adelante Sudáfrica al perdonar a personas acusadas por delitos de lesa humanidad.
Desde diversos arcos políticos rechazaron las recientes declaraciones del diputado de Cambiemos, Nicolás Massot, quien propuso perdonar a las personas implicadas y encausadas en crímenes de lesa humanidad durante la dictadura e imitar un proceso de reconciliación que se llevó adelante en Sudáfrica.
Ricardo Alfonsín, integrante del bloque Cambiemos, expresó que las palabras de Massot eran «un despropósito» y el secretario de Derechos Humanos, Santiago Canton, señaló que “es únicamente a través de la justicia que, eventualmente, se puede abrir el camino para que cada víctima, de manera individual, acepte o no reconciliarse”. También dijo que la Argentina es “un ejemplo mundial de justicia transicional” y que “desde el Estado tenemos la obligación de asegurarnos que continúe siendo así, impulsando los juicios de lesa humanidad”.
El diputado de Cambiemos, Nicolás Massot, sostuvo en una entrevista con el diario Clarín que «lo mas importante es poder cerrar capítulos para poder avanzar como sociedad» y que no puede ocurrir que «generaciones que ni siquiera vivimos esa época , tengamos que dedicarle (a la década de los ’70s) el tiempo que tendríamos que dedicarle a los combates de la actualidad».
En ese contexto, Massot propuso imitar el proceso que se llevó a cabo Sudáfrica al crear una comisión de Verdad y Reconciliación, que a cambio de la confesión de los crímenes, no serán juzgados.
Alfonsín afirmó que las declaraciones de Massot eran “un despropósito tan grande que dudo de que hubiera querido decir eso”. El ex diputado nacional destacó que “el terrorismo de Estado debe ser siempre un tema de actualidad” y que el jefe de bloque PRO “parece ignorar que en Sudáfrica para eximirse de la justicia se debían confesar los crímenes y manifestar públicamente su arrepentimiento. En Argentina nada de eso ha ocurrido. Acá los responsables directos de los hechos o bien los niegan o bien los justifican. Además, aún la Justicia busca información que todavía siguen ocultando”.
El presidente del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), Luis Fondebrider, quien lleva 22 años en Sudáfrica, destacó que “el acceso a la justicia de las personas afectadas por la violencia de Estado durante el Apartheid ha sido casi nulo y eso es algo que aún reclaman amplios sectores de la sociedad sudafricana”.
«Aquí se ha logrado algo que es único en el mundo y que sirve como modelo en los cuatro pilares fundamentales a considerar cuando se habla sobre el tratamiento del pasado reciente en países que han pasado por procesos de violencia: la búsqueda de la Verdad, la posibilidad de hacer Justicia, las leyes y mecanismos reparatorios y los procesos de Memoria”, explicó
Por su parte, la legisladora de la Ciudad de Buenos Aires por Unidad Ciudadana Victoria Montenegro afirmó que “la búsqueda por la verdad no es parte del pasado, sino del presente y el futuro. Tenemos los argentinos centenares de hombres y mujeres que viven con una identidad falsa impuesta por el terrorismo de estado” y agregó: “a los negacionistas les decimos que nos reconciliamos con la verdad en cada encuentro con los nietos, nos reconciliamos con la memoria en esa plaza del 2×1 y nos reconciliamos con la justicia en cada sentencia que condena a los miserables que nos hicieron tanto daño.”
La diputada del Frente Renovador Cecilia Moreau manifestó que la idea de “plantear una reconciliación con lo sucedido en los 70’ es un intento más de este Gobierno de mandar al olvido lo que nos pasó como sociedad”. Además, sostuvo que las declaraciones de Massot buscan “que nos olvidemos de que muchos de los nombres que hoy están en el gobierno se repiten si miramos los actores de aquella época”. “Que el perdón lo busquen con Dios”, concluyó Moreau.
La titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, aplaudió el rechazo de las declaraciones de Massot y explicó que, “No hay que asustarse, estas son alarmas que van tirando para domesticar a un pueblo que piensa y se defiende y para probar la respuesta de la sociedad. No creo que se atrevan”, afirmó. De todas formas, Carlotto sí resaltó hechos recientes que marcan “un atraso enorme”: el aumento de los beneficios de prisión domiciliaria para represores, las muertes por represión estatal y las persecuciones a funcionarios y dirigentes sindicales. “Hoy hay más represores con cárcel domiciliaria que en cárcel común. ¿Cómo le explicamos a los jóvenes y a los niños que un criminal que no se ha arrepentido, que no ha confesado y que ha hecho desaparecer a alguien porque lo denunció está caminando junto a nosotros?”, se preguntó en referencia a Miguel Etchecolatz, y agregó: “ya tenemos dos muertos en el sur y esperemos que el ex canciller Timerman salve su vida, sino sería también una víctima de este proceso”. Además, resaltó que “si a Baradel lo amenazan con desaparecerlo quiere decir que esa palabra está tomando cuerpo”, y añadió: “no lo vamos a permitir”.
Fuente: Página 12