Lo acompañarán, además de un puñado de sus aliados en la central obrera, las dos CTA, movimientos sociales y algunas agrupaciones políticas como La Cámpora, en tanto que la izquierda marchará por su cuenta.
Hugo Moyano se estrenará hoy en la calle como líder de una reciclada corriente sindical opositora, distante de la CGT, con aspiraciones de ser también una referencia política en la vereda de enfrente de Mauricio Macri. Será el principal orador de un acto de protesta moldeado por el gremio de Camioneros y que promete ser multitudinario en la intersección de la 9 de Julio con la avenida Belgrano, desde las 16.
La manifestación llevará como banderas el rechazo al ajuste económico y a las reformas laboral y previsional, así como el reclamo por paritarias libres y un bono extra para jubilados, entre otros ítems. Como trasfondo figura una cadena de causas judiciales abiertas o reimpulsadas en la Justicia federal en contra del camionero y una serie de acciones coordinadas desde el Ejecutivo para restarle poder. En simultáneo el Gobierno activó cierres de paritarias con aumentos nominales de 15% y beneficios a gremios afines a través de promesas de reparto de más fondos para sus obras sociales.
Moyano llegará al acto casi en soledad respecto de CGT, su hábitat natural. Le dieron la espalda los sectores más tradicionales, los «gordos» de los grandes sindicatos y los «independientes» de diálogo con Macri, pero también su alternativo aliado y rival Luis Barrionuevo y otros espacios de la central como los sindicatos del transporte de pasajeros, las 62 Organizaciones y el Movimiento de Acción Sindical (MASA). Lo apoyarán, en cambio, organizaciones de la Corriente Federal que lleva como principal referente al bancario Sergio Palazzo, otro dirigente visualizado por el Gobierno como enemigo.
Hacía casi dos años que el camionero no se ponía al frente de una protesta al aire libre. La última vez fue en abril de 2016 cuando cerró un acto que reunió a dos de las tres fracciones en las que estaba dividida la CGT (la propia y la de Antonio Caló) y a las dos de la CTA como protesta por las primeras acciones de Mauricio Macri en el poder. Luego llegaría la reunificación de la central mayoritaria y un autoimpuesto bajo perfil: un poco para no opacar al triunvirato electo en CGT, pero en gran medida para reservarse espacios de negociación a solas con Macri.
En el Ejecutivo se repartían las miradas respecto del acto entre quienes admiten preocupación por la escalada verbal y de conflictividad con Moyano y los que alegan estar conformes con haber expuesto al camionero como enemigo declarado de Macri, incluso por encima de otros referentes de la política. El Gabinete político insistía anoche que nada de lo que sucediera hoy modificará un ápice la política laboral y económica. Por el contrario, el equipo del ministro de Trabajo, Jorge Triaca, tiene como encargo profundizar todo tipo de acciones de hostigamiento hacia el camionero y sus aliados.
La manifestación será una vidriera para referentes que esperan conformar con Moyano un bloque de oposición con raíz sindical. Hablarán el dirigente de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) Esteban «Gringo» Castro, Palazzo y uno de los líderes de las dos CTA, Hugo Yasky o Pablo Micheli. Fuera de Camioneros la expectativa de los organizadores para nutrir la marcha pasa por las organizaciones sociales, los gremios docentes y los estatales y el aporte del kirchnerismo.
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