Con un gol del uruguayo Alejandro Silva, el Granate derrotó al Millonario y lo hundió aún más en la Superliga. Otra mala actuación del equipo de Marcelo Gallardo.
Lanús le dio otro golpe a River lo derrotó 1-0 en la Fortaleza y le generó un dolor de cabeza a Marcelo Gallardo por el rendimiento del equipo.
Alejandro Silva, a los 31 minutos de la primera etapa, marcó el tanto que le dio el triunfo al elenco de Ezequiel Carboni.
Lanús ganó con justicia porque en el balance general estuvo un escalón por encima de su adversario.
Tras la incertidumbre que se generó por la amenaza de bomba que se suscitó antes del comienzo del cotejo, Lanús y River no reeditaron cabalmente el reciente y polémico duelo por la Copa Libertadores pero estuvieron a la altura de las circunstancias.
El “Millonario” prevaleció en los primeros minutos y estuvo a punto de marcar tras una pésima definición desde inmejorable posición del hoy errático Scocco que se fue desviada, a los 7 minutos.
Tras una circunstancia inesperada el cuadro de Carboni comenzó a mejorar a partir del ingreso del juvenil Lodico por la lesión de Barrientos. A partir de su ingreso y con una sensible superación evidenciada a nivel de conjunto, el “Granate” se colocó en ventaja tras un remate de Acosta que Armani desvió al costado siendo el uruguayo Silva el encargado de inaugurar el score con un remate corto.
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Sustentado en la buena labor de Marcone y en la peligrosidad de citado Acosta, el dueño de casa se retiró al entretiempo con una mejor imagen que el desdibujado conjunto de la banda roja.
Gallardo “quemó las naves” al reiniciarse el match con dos cambios sucesivos pero ni el regordete colombiano Quintero ni Mora le aportaron soluciones al desteñido andamiaje táctico del conjunto del “Muñeco”.
Ausente sin aviso el “Pity” Martínez y sin peso ofensivo en el desconocido Pratto, River atacó todo el segundo tiempo pero resultó incapaz de acarrearle problemas a la noche más que tranquila de Andrada, salvo por un remate de Mora sobre la hora, que provocó una oportuna reacción del citado golero sobre su palo izquierdo.
Excluyendo esa postrera maniobra la visita adoleció de una preocupante falta de profundidad en desmedro de un rival que se mostró en mejor forma que en sus anteriores presentaciones, al evidenciarse cierta desconocida cohesión entre los juveniles que resultaron promovidos tras la sangría que sufrió el plantel después de perder la final de la Copa Libertadores a manos de Gremio.
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