«En este momento, viernes 16 de marzo de 2018, están fumigando hacia los chicos de la escuela N°54 ‘Carlos Sourigues’ del barrio Perucho de San José». Se trata de una fumigación a las plantas de pecán, mientras la directora se encuentra encerrada con los niños.
Entre Ríos es una de las provincias más afectadas por el uso indiscriminado de agrotóxicos, y las escuelas son los focos más vulnerables. Podemos recordar el fallo histórico del tribunal oral de Concepción del Uruguay en octubre de 2017, que condenó a un año y 6 meses de prisión en suspenso a tres imputados por “lesiones leves culposas y contaminación ambiental culposa”, tras realizar pulverizaciones con estos venenos en los alrededores de la Escuela N° 44 “República Argentina” de Santa Anita.
Ahora, hace instantes, la ‘Coordinadora por una vida sin agrotóxicos en Entre Ríos‘ emitió un comunicado para dar a conocer una situación que la municipalidad, la fiscalía y la policía se niegan a resolver: “En este momento, viernes 16 de marzo de 2018, desde la mañana temprano, están fumigando hacia los chicos de la escuela Nº54 Carlos Sourigues del barrio Perucho de San José“.
A la vera del arroyo Perucho Verna se está realizando una fumigación a plantas de pecán, mientras la directora se encuentra encerrada con los chicos, intentando evaluar cómo realizar la evacuación de la escuela.
Se trata de una fumigación ilegal, ya que, según indica el comunicado, no existe ningún producto autorizado para esos fines, y existen denuncias por problemas de salud delos vecinos del barrio por la misma causa.
La fumigación se realiza a pesar del fuerte viento observable, lo cual ocasiona una inevitable ‘deriva‘, que es la denominación técnica del fenómeno del movimiento de plaguicidas en el aire tras una aplicación aérea o terrestre, algo que sucede cotidianamente en los pueblos fumigados de nuestro país, donde las escuelas de la provincia de Buenos Aires no quedan afuera.
No existe un profesional responsable controlando, la fumigación avanza sobre el barrio y la Coordinadora asegura que la municipalidad, la fiscalía y la policía se niegan a intervenir: “Otra vez nos envenenan el aire, otra vez los niños en la escuela respiran tóxicos, otra vez las autoridades nos dan la espalda.”
Fuente: Matilde Moyano (El Federal)