Así lo afirmó el pontífice argentino a un medio de comunicación italiano durante una entrevista. Lo fundamentó diciendo que las almas arrepentidas reciben el perdón de dios y las que no lo hacen simplemente desaparecen, pero no van a un lugar en el que sufren por toda una eternidad.
La declaración de Francisco seguramente dará que hablar dentro del ámbito religioso, y a más de un fiel hará reflexionar todo lo que tenía como una afirmación irrefutable.
«Las almas de las personas que se arrepienten, tras la muerte reciben el perdón de dios y se suman a quienes lo contemplan. Aquellos que no se arrepienten, y por tanto no pueden ser perdonados, desaparecen”, sostuvo el máximo referente de la Iglesia Católica.
“El infierno no existe; lo que existe es la desaparición de las almas pecadoras”, manifestó Francisco al diario La Repubblica.