El 1 de mayo conmemoramos el Día del Trabajador en homenaje a los “mártires de Chicago”, que fueron sindicalistas anarquistas ejecutados en Estados Unidos por participar en jornadas de lucha para la consecución del objeto de la jornada laboral de ocho horas. Más de 200.000 trabajadores se movilizaron y fueron reprimidos por la policía. Esta revuelta popular se inició el 1 de mayo y alcanza su punto álgido en Haymarket el 4 de mayo.
Es un día de celebración internacional a excepción de Canadá y Estados Unidos que lo festejan en el mes de septiembre, pues esta protesta social y colectiva se produce por la explotación laboral derivada de la revolución industrial que se inicia en Inglaterra y se propaga en Estados Unidos. En 1868, Andrew Johnson promulgó la ley, pero los empleadores no la acataban hasta el momento de esta revuelta.
Los 10 derechos establecidos por Perón
Es importante aprovechar esta circunstancia a los efectos de reivindicar a Juan Perón quien fue el verdadero impulsor de una revolución auténtica en los derechos del trabajador en la República Argentina.
Perón, a través del Decreto 4865/1947, estableció diez derechos básicos de los trabajadores. A saber: 1) derecho al trabajo, 2) derecho a la justa distribución, 3) derecho a la capacitación, 4) derecho a las condiciones dignas de trabajo, 5) derecho a las condiciones dignas de salud, 6) derecho a condiciones dignas de bienestar, 7) derecho a condiciones dignas de seguridad social, 8) derecho a la protección de la familia, 9) derecho al mejoramiento económico, 10) derecho a la defensa de los intereses profesionales.
El artículo 37° de la Constitución Nacional, reformada en 1949 y aprobada en la convención general constituyente aprobada el 11 de marzo del mismo año, implicó un reconocimiento legítimo a las demandas de la clase trabajadora. Desde la jerarquización del Departamento Nacional de Trabajo creado en 1904 a Secretaría de Trabajo y Previsión en noviembre de 1944 la prédica en favor de los intereses de la clase trabajadora fue aumentando sistemáticamente y progresivamente fortaleciendo a sindicatos como el de la carne, azucareros, textiles y demás trabajadores organizados.
La CGT tenía en 1944 unos 331000 afiliados, sobre 547.000 trabajadores y en 1955 tenía 3,5 millones de afiliados con políticas activas de mejoramiento de las remuneraciones producto del funcionamiento del Instituto Nacional de Remuneraciones y el desarrollo e instrumentación de la ley de asociaciones profesionales que permitió la constitución de un sindicato único por rama de actividad. Y la CGT como única central obrera reconociendo la representación y personería para las negociaciones en un convenio colectivo de trabajo.
También la creación de Tribunales de Trabajo, la implementación de las indemnizaciones por despido junto al funcionamiento regulado de las convenciones colectivas de trabajo, Estatuto del Peón Rural y la extensión de jubilaciones a empleados de comercio como fase inicial de su universalización.
La contribución del Peronismo
No cabe la menor duda respecto a la contribución de Perón y el Peronismo a los derechos del trabajador, a la legislación laboral y a la regulación normativa y su implementación. Si bien es posible advertir que la ley de descanso dominical 4661 fue una iniciativa redactada inicialmente por parte del diputado socialista Alfredo Palacios, la misma fue sancionada durante la segunda presidencia de Julio Argentino Roca en el mes de septiembre de 1905.
También la ley de jornada laboral fue sancionada en 1929 durante la presidencia de Yrigoyen, o la prohibición de trabajos peligrosos o permiso para amamantar para las mujeres por ley 5291 en 1907, o la ley de accidentes de trabajo en el año 1915. Estas leyes eran letras muertas en cuanto a su aplicación efectiva y fue precisamente Perón quien desempolva estas iniciativas cubiertas de polvos en anaqueles antiguos para lograr la reivindicación de la clase trabajadora.
Perón sostenía un proyecto nacional y popular en donde la columna vertebral era la Confederación General del Trabajo, representada legítima y genuinamente por la clase trabajadora organizada en torno a sindicatos fuertes y únicos por ramas de actividad con única central de referencia.
Las vacaciones pagas, la indemnización por preaviso, la protección por despidos arbitrarios, el cobro de aguinaldo, el fortalecimiento de los sindicatos, la creación de las obras sociales, el desarrollo del sistema de seguridad social, la salud pública gratuita, los hoteles sindicales, la plena vigencia de la jornada laboral de 8 horas, la regulación de las asociaciones profesionales, el estatuto del peón rural, el salario mínimo vital y móvil, la policía del trabajo y los tribunales especiales laborales, han sido logros.
El reconocimiento a Néstor y Cristina
Durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner desde el 2003 hasta 2015 es preciso reconocer la plena vigencia del Consejo del Salario Mínimo, Vital y Móvil con la fijación anual que permitió ser el más alto de toda América Latina. Del mismo modo que es preciso rescatar la recuperación de los fondos previsionales que eran administrados por las AFJPs con un costo de comisiones anuales equivalentes a 2400 millones de dólares y un incremento de 68000 millones de pesos en 2009 a 1 billón de pesos en el año 2018 producto de la capitalización del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS).
El plan de Jóvenes con Más y Mejor Trabajo (600.000 personas), el Plan Progresar para entrenamiento laboral, inserción en el primer empleo y terminalidad educativa, el plan FINES para 1,2 millones de personas que no finalizaron sus estudios formales, el nuevo régimen de trabajadoras de casas particulares, el nuevo modelo de regulación del trabajo agrario, la universalización del sistema previsional con 3,3 millones adicionales de jubilados, 3,5 millones de Asignación Universal por Hijo (AUH), 1 millón de pensionados, entre otros logros significativos.
Como movimiento político desde Perón hasta Cristina Kirchner es preciso observar que la creación de la Universidad Obrera (hoy Universidad Tecnológica Nacional), la gratuidad de la educación universitaria y el fortalecimiento de la escuela técnica fueron componentes esenciales para al acceso a la capacitación de los trabajadores e hijos de trabajadores a un nuevo proyecto de país que implicaba su transformación desde un modelo agroexportador a un modelo de base industrial.
Justo homenaje
Hoy es preciso rendir un justo homenaje a nuestros trabajadores, a los héroes y mártires que ya no están, los que dejaron huellas imborrables en la lucha, a los trabajadores y dirigentes encarcelados, muertos y desparecidos por defender los derechos de la clase trabajadora.
Pese a la concepción policlasista de nuestro movimiento, Perón sostenía enfáticamente: “Defendemos una sola clase de hombres: los hombres que trabajan”; por la grandeza de la Patria y por la felicidad de nuestro pueblo.