Que tenemos un serio problema con el plástico no es ninguna novedad. La reciente muerte de un cachalote con 29 kilos de este material creado por el hombre en el estómago es solo el ejemplo más reciente. Es muy urgente encontrar algo que lo sustituya, y este inventor escocés cree haberlo hecho.
James Longcroft es el creador de Choose, una botella similar a las que compramos llenas de agua o de refresco pero con una particularidad: no tiene nada de plástico. En lugar de este material, Longcroft ha empleado pasta de papel reciclado moldeada al vacío.
Obviamente, el papel no es precisamente impermeable, así que el inventor ha recubierto el interior de la botella con un entramado de material diseñado y testado por él mismo que se descompone completamente en tres semanas, da igual si termina en el mar o en tierra. Es más, las criaturas marinas pueden comerlo sin ningún peligro.
Sería interesante saber exactamente qué material biodegradable o técnica de formación de la capa ha empleado Longcroft en la fabricación de su botella, pero el escocés guarda celosamente el secreto de su creación hasta el punto de negarse a enseñar en directo una de las botellas hasta que le concedan la patente (actualmente en trámite). También sería interesante saber si la descomposición comienza nada más llenar la botella, ya que ello limitaría su uso a productos perecederos con una fecha de caducidad muy corta.
El secretismo del producto no ha impedido que el proyecto Choose logre el dinero que necesitaba en Indiegogo para comenzar la producción de estas botellas. James Longcroft espera tener las primeras remesas listas para finales de este mismo año.
Si funciona, pondría fin a un problema cada vez más grave. El plástico tarda cientos de años en descomponerse y cuando lo hace genera micropartículas que terminan en el agua y en el organismo de los peces. Se estima que el océano ya está contaminado con 50 millones de toneladas de plástico. Va siendo hora de detener esta locura.
Fuente y foto: [Indiegogo vía Business Insider]