El asesinato de otro periodista, el cuarto homicidio de un reportero en lo que va de 2018, en el día en que se conmemoraba el primer aniversario del asesinato de Javier Valdez, reconocido periodista especializado en narcotráfico, mostró nuevamente el grado de violencia en México, un país calificado de alto riesgo para ejercer esa profesión.
El periodista y locutor Juan Carlos Huerta fue asesinado el martes a la mañana cuando salía de su domicilio en las afueras de la ciudad de Villahermosa, capital del estado de Tabasco, en el sur de México.
Huerta, que conducía el programa radiofónico «Panoramas sin Reserva», perdió la vida al ser atacado a balazos por un grupo de desconocidos que se movilizaban en una camioneta y un auto con los que le cerraron el paso, descendieron de los vehículos, y le dispararon, según informaron el diario mexicano La Jornada y EFE.
El gobernador del estado, Arturo Núñez Jiménez, confirmó la muerte del periodista y dijo que se descarta el robo como móvil del crimen.
Por su parte, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) condenó «de manera enérgica» el asesinato de Huerta y expresó sus condolencias a sus familiares y al gremio periodístico.
Asimismo, exigió a las autoridades competentes «una investigación pronta, objetiva e integral que prevenga que este caso quede en la impunidad, investigación que necesariamente deberá contemplar como una de sus líneas la vinculada a la labor periodística» de la víctima.
Con el crimen de Huerta suman 43 los asesinatos de periodistas y trabajadores de los medios de comunicación durante la gestión del presidente mexicano Enrique Peña Nieto.
Solo en 2017 fueron asesinados 12 periodistas, según Amnistía Internacional (AI), que indicó que en ese año la violencia extrema aumentó en todo México.
Fuente: Telam.