Sectores cercanos al papa Francisco y también autoridades religiosas a nivel nacional se oponen a la iniciativa que se votó esta mañana en el Congreso de la Nación.
Uno de los que se refirió al tema fue el presidente de la Pontificia Academia para la Vida, monseñor Vincenzo Paglia: “suprimir una vida no es civilidad ni cristiano”, manifestó el religioso en claro rechazo al proyecto de interrupción del embarazo.
En ese sentido, consideró que “la sociedad se lava las manos dejando solas a las mujeres que toman esta terrible decisión”.
Desde Roma, el hombre sostuvo que “lamentablemente el clima favorable al aborto es un viento helado que sopla en tantas partes del mundo”.
“Empuja a sostener el trabajo sucio de la muerte, en vez del debido y jubiloso de la vida. Y obviamente, muestra características de una sociedad que plantea lavarse las manos frente a la responsabilidad de no dejar solas y acompañar a las mujeres que llegan a esta terrible decisión”, añadió el especialista católico sobre abortos y eutanasia a Télam.
Asimismo, Paglia remarcó que “no debemos olvidar que la eliminación de una vida es siempre un drama, y sobretodo para esas mujeres”.
“Un proyecto que de hecho certifica el trabajo de Poncio Pilatos de lavarse las manos frente a situaciones así dolorosas no es una conquista. Suprimir una vida no es civilidad, y tanto menos cristiano”, cuestionó el referente religioso.
En Argentina, en tanto, la Comisión Ejecutiva y la Comisión Episcopal de Laicos y Familia de la Conferencia Episcopal de Argentina (CEA) emitió un comunicado que dice lo siguiente: «nos duele como argentinos esta decisión», en referencia a la media sanción que se consiguió esta mañana.
“Pero el dolor por el olvido y la exclusión de los inocentes debe transformarse en fuerza y esperanza, para seguir luchando por la dignidad de toda vida humana”, reza el escrito.
Finalmente, los obispos argentinos aseguran que “simplemente se ha sumado otro trauma, el aborto. Seguimos llegando tarde”.