La víctima, identificada como Mariana Arce Giménez, había ingresado a una clínica privada hace 15 días para la intervención quirúrgica tras tomar conocimiento de la interrupción espontánea de su embarazo. Posteriormente, ya en su casa, contrajo una infección bacteriana que le causó la muerte. Investigan si hubo mala praxis.
En la institución médica informaron a la mujer de 31 años que el feto había muerto. En consecuencia, debían realizar un legrado para sacar los restos que estaban en el útero (una operación habitual en ese tipo de casos), pero todo terminó de la peor manera.
Después de recibir el alta médica Giménez volvió a su domicilio. La situación parecía normal, hasta que comenzó a sentirse mal por fuertes dolores. Su cuerpo empezó a dar señales de que algo andaba mal.
Al no soportar más dichas complicaciones, la joven fue al Hospital Escuela y allí descubrieron que una bacteria ingresó a su torrente sanguíneo de forma muy agresiva.
Las autoridades del nosocomio capitalino confirmaron la muerte de la chica en las últimas horas, ya que no soportó el grave cuadro infeccioso que padecía.
“Se le tuvo que amputar uno de los brazos y realizamos una maniobra en la pelvis, pero fue fulminante”, informó el director del Hospital Escuela, Salvador Gómez Nadal, a los medios de comunicación locales.
“No podemos decir a ciencia cierta cómo ingresó la bacteria al cuerpo de la paciente, hay diferentes vías de entrada”, explicó el médico, pero no se descarta que haya sido producto de la intervención en la clínica privada.
Asimismo el médico comentó que la clínica está ubicada sobre calle San Martín, pero que la mujer no fue a realizar un aborto, sino a sacarse los restos del feto que ya había muerto.
“Esto se hizo en una clínica, bajo condiciones normales. Todas estas maniobras tienen sus riesgos”, dijo el profesional.
Familiares de la joven realizaron la denuncia correspondiente y la causa ya se encuentra judicializada para determinar si se trata de un caso de mala praxis.