El ex presidente y líder del Partido de los Trabajadores de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, podría ser liberado de prisión en las próximas horas por un fallo de la Justicia. Pero todavía la situación es de incertidumbre, como consecuencia de las posturas contrapuestas de dos magistrados abocados al caso.
El juez Rogerio Favreto, del Cuarto Tribunal Federal Regional, dijo que Lula debe ser excarcelado en el transcurso de la siguiente hora. Es el segundo dictamen del día emitido por el mismo funcionario judicial.
Aunque no todo está definido, ya que la policía recibió una orden diferente más temprano: un juez del cuarto tribunal que está a cargo del caso de Lula anuló la primera orden de Favreto de liberar al ex mandatario, y dos analistas dijeron que esa orden sobresee la inicial.
Para complicar aún más las cosas, el juez que en primera instancia declaró culpable a Lula, Sergio Moro, sería el que tendría que remitir la orden de excarcelación a la policía, y ese juez le dijo a la policía que no cumpliera con la primera orden de Favreto.
Lula comenzó a cumplir en abril una sentencia de 12 años de prisión por corrupción en los cuarteles de la policía federal de la ciudad de Curitiba. El exmandatario ha negado haber cometido delito alguno, y su condena y encarcelamiento han dividido a los brasileños.
En las horas posteriores a que se anunció la primera decisión, cientos de partidarios de Lula llegaron a los cuarteles de Curitiba con banderas y gritaban “Lula libre”. La atmósfera era festiva y seguía así incluso después que se revirtió la excarcelación.
Los abogados de Lula han argumentado que no debió ser encarcelado hasta que se agotaran todas sus apelaciones, y han presentado varias peticiones para su liberación que han sido denegadas hasta el momento.
Pero el domingo por la mañana, Favreto, el juez en turno en el Cuarto Tribunal Federal Regional, ordenó su excarcelación.
Favreto dijo que el encarcelamiento le había negado a Lula dos derechos fundamentales: su libertad como civil mientras espera una decisión final de la corte de apelaciones, y su derecho a competir en las elecciones presidenciales de octubre. Lula ha dicho reiteradamente que sigue siendo candidato, y es puntero en las encuestas de intención de voto.
Pero entonces el juez Moro ordenó a la policía que no cumpliera la orden de excarcelación.
Favreto respondió ordenando a la policía que cumpliera su orden.
“Ordeno que se cumpla inmediatamente la medida judicial de liberar al acusado, so pena de sanción por no acatar una orden judicial”, escribió Favreto.
Fue entonces que intervino el juez Joao Pedro Gebran Neto, quien está a cargo de manejar el caso de Lula en la corte federal regional, y ordenó que Lula siguiera tras las rejas.
Maristela Basso, profesora de ley internacional y comparativa de la Universidad de Sao Paulo, dijo que la decisión de Favreto parecía “más política que judicial”, pero podría incrementar la presión sobre el Supremo Tribunal Federal para que libere a Lula.
Aún hay una petición para liberar a Lula pendiente en el máximo tribunal del país, el cual se encuentra en receso.
El año pasado, Moro declaró culpable a Lula de hacer favores a una compañía constructora a cambio de la promesa de un apartamento en la playa. Ese fallo fue ratificado por una corte de apelaciones en enero. El ex presidente también enfrenta otros cargos de corrupción.