*Por Vidal Mario: Los dichos de un Arzobispo a la luz de la razón y de la historia

Sociedad

Al cerrar la última edición de esa mezcla de política y religión que es la denominada Cabalgata de la Fe, el arzobispo emérito Fabriciano Sigampa hizo consideraciones de orden religiosas que no resisten el análisis de la historia.

Hablo de consideraciones de orden religiosas porque la historia y la fe son mundos diferentes.

La historia es buscar, estudiar, analizar, pensar, razonar, usar la lógica y no aceptar nada que no pueda ser debidamente probado, comprobado y documentado.

La fe, por el contrario, es fábula, leyenda, mitos, imaginación y superstición.

La fe es capaz de hacerle creer a uno historias fantásticas como que cuando Jesús murió las tumbas se abrieron y los muertos se levantaron y entraron en tropel a Jerusalén.

Las historias dichas por monseñor Sigampa en esa misa de cierre son de esa naturaleza. Sólo pueden existir en el mundo de la fe religiosa, siempre repleto de fantasías e imaginaciones.

Aseguró en su homilía que Jesús es Dios, que María es la madre de Dios, y que cuando ella murió Dios mandó a sus ángeles a llevarla al cielo para ser coronada reina.

Lo que él hizo fue hablar del Jesús de la Iglesia, que no tiene nada que ver con el Jesús de la historia.

El Jesús de la historia se horrorizaría de lo que hoy se hace y se dice en su nombre.

Lo que dice la historia

La verdad del verdadero cristianismo fue sepultado para siempre tres siglos después de Jesús. Fue cuando su verdadera historia y sus enseñanzas fueron sustituidas por una mitología de Jesús.

Esto se hizo en el marco de un concilio de obispos realizado en la actual ciudad turca de Nicea, donde al galileo se lo convirtió en Dios y Rey del Universo.

Años antes, en el 313, el cristianismo ya se había fusionado con el mitraísmo, una religión traída siglos atrás de Persia por los legionarios romanos.

Por obra de dicha fusión, Mitra (el Dios-Sol de los persas) se convirtió en Jesús- Dios. La adolescente virgen Anahita, madre de Mitra, se convirtió en la Virgen María, y el 25 de diciembre en que se conmemoraba el nacimiento de Mitra fue transferido a Jesús.

Quien fusionó el cristianismo con el mitraismo fue el emperador Constantino. Y fue oficializado en el concilio de Nicea realizado en el año 325, donde se le dio a la nueva institución religiosa el nombre de Iglesia Católica Apostólica Romana.

Lo que ese emperador hizo fue unir Religión y Estado, de nefastas consecuencias porque el hasta entonces perseguido cristianismo pronto comenzó a perseguir.

La leyenda de María

En cuanto a la concepción virginal de María, el único libro habla del tema es Mateo.

En Hechos, del médico Lucas, no se menciona que haya ocurrido algo como eso. El propio Jesús nunca dijo o insinuó que haya salido del vientre de una virgen.

Los apóstoles durante años convivieron y trataron con Jesús y con sus hermanos y hermanas. Pero ellos tampoco dijeron en sus escritos que María fuese virgen.

En realidad, María no podía ser siempre virgen porque más de once pasajes de los Evangelios se refieren claramente a los hermanos y hermanas carnales de Jesús, a quienes la iglesia católica tozudamente insiste en llamar “primos”.

La historia de María siendo subida al cielo para ser coronada, a la que se refirió monseñor Sigampa, fue otro de los fantasiosos inventos de la iglesia católica.

Cuenta la Iglesia

“Habiendo expirado, sepultaron honoríficamente su inmaculado cuerpo en el Huerto de Getsemaní, con muchas flores, ungüentos olorosos y especies aromáticas.

Más no era conveniente que aquella verdadera arca del Testamento padeciese corrupción. A los tres días resucitó la Madre, como había resucitado su Hijo unigénito, el cual la vistió de inmortalidad y de claridad y hermosura sobre todo lo que se puede explicar y comprender, y la llevó sobre las alas de los querubines en triunfal procesión hasta lo más alto del cielo, hasta el trono de la santísima Trinidad.

Allí fue coronada por las tres Personas divinas, con inefable gloria y regocijo de todas las jerarquías y coros celestiales.

Coronóla el Padre con diadema de Potestad, el Hijo con corona de Sabiduría, el Espíritu Santo con corona de Caridad. Allí fue aclamada por soberana Princesa de los ángeles, arcángeles, tronos, dominaciones, potestades, querubines y serafines, y por Reina de los apóstoles, de los mártires, de los confesores, de las vírgenes, y de todos los santos.

Finalmente, allí fue constituida Emperatriz del Universo y Reina soberana de todas las criaturas”.

Esta historia fue inventada en tiempos donde todo era ignorancia y oscurantismo. Hoy, pleno siglo XXI, resulta difícil que sea creíble para una persona normal.

Más preguntas

En la misma homilía, monseñor Sigampa definió al embrión como un ser indefenso al que están queriendo matar con una ley.

¿No debería saber que el alma es inmortal, que es de naturaleza divina y que no puede morir?.

¿No debería saber que el cuerpo físico es sólo la envoltura del alma, de lo que uno verdaderamente es, y que el embrión desde el principio está destinado a ser polvo o ceniza?.

La misión de un religioso debería ser enseñar que la muerte no existe y que la vida después de la llamada muerte es más real que toda otra cosa sobre la tierra.

Antes, la Iglesia proclamaba que la tierra era cuadrada. Peor aún, sigue afirmando que existe un eterno centro de torturas creado por Dios llamado infierno.

Con la misma energía, asegura que la vida empieza en el momento de la concepción.

Llegará el día en que se sabrá que la vida entra en el cuerpo con la primera respiración, y se va con el último suspiro.