Tailandia: socorrista murió ahogado luego de asistir a los chicos atrapados en la cueva

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Se trata de un ex miembro de la Marina, quien colaboró hasta hoy en las acciones de ayuda destinadas a los menores de edad que todavía no pueden salir de una zona inundada. La víctima había entregado reservas de oxígeno, pero se ahogó cuando regresaba por la falta del mismo.

Cabe mencionar que los niños, de distintas edades y todos menores de edad, ya llevan casi dos semanas atrapados en una cueva inundada ubicada en la zona norte del país asiático.

«Tras haber entregado una reserva de oxígeno, a su vuelta, no tuvo suficiente oxígeno», anunció el vicepresidente de la provincia de Chiang Rai, Passakorn Boonyaluck.

El jefe de comandos de la Marina, Apakorn Yookongkaew explicó que el hombre «perdió el conocimiento en el camino de vuelta, su compañero de buceo intentó ayudarle y llevarlo pero no lo logró».

«Aunque hayamos perdido a un hombre, seguimos teniendo fe en nuestra misión»,aseguró, con la voz temblorosa, el viernes por la mañana. El socorrista fue identificado como Samarn Kunan, de 38 años.

La tragedia recuerda la dificultad del camino que hay que recorrer, bajo el agua, hasta llegar a los doce niños y su entrenador de fútbol, bloqueados en esta cueva inundada.

Los socorristas trataban el viernes de avanzar al máximo en sus preparativos de evacuación antes de que retorne la lluvia, según las previsiones.

Esperan poder, con ayuda de bombas, que el nivel del agua baje a tiempo lo suficiente como para que los niños puedan salir de allí sin tener que bucear o haciéndolo en momentos contados.

De momento, un buzo experimentado necesita 11 horas para hacer un viaje de ida y vuelta hasta donde están los niños: seis de ida y cinco de vuelta gracias a la corriente.

Por ahora, los socorristas dicen que prefieren esperar a que baje el agua, excepto para suministrarles víveres durante semanas: esto permitiría a los niños salir a pie por la galería, con una parte mínima de tramos submarinos que se tengan que recorrer con máscaras.

Es la opción privilegiada por los socorristas, que pusieron en marcha un sistema de bombeo, asistidos por ingenieros japoneses, que ya ha sacado de la cueva de 10 km de largo el equivalente de más de 50 piscinas.