En el Día del Niño, en Monte Caseros ocurrió un hecho que conmovió a gran parte de la ciudad: una beba recién nacida que aún tenía el cordón umbilical fue abandonada en una caja de cartón frente a la puerta de la casa de una familia que, al hallarla, inmediatamente la llevó a un sanatorio local. Allí no sólo recibe los cuidados necesarios sino que también, ya fue bautizada con el nombre de “Milagros”.
obre este acontecimiento, el párroco local Renato Pérez publicó una carta titulada “Una vida llamada Milagros”.
“Esta madrugada (por la de ayer) dejaron en la puerta de un hogar, una caja de cartón. La familia, regresando de una fiesta, se encontró con esta enorme sorpresa. Dentro de la caja estaba una bebé recién parida, aún con el cordón umbilical y llena de sangre. Llevaron urgente el cuerpecito al Sanatorio Corrientes”, comenzó relatando el sacerdote haciendo referencia a un hecho que -según lo informado desde la Policía local- se registró entre las 1.20 y las 1.30 del domingo.
“Un grupo de profesionales estuvo luchando para rescatar la vida de esta personita. La llamaron Milagros”, continuó contando Pérez, quien precisó que mientras en la mañana estaba celebrando una misa, el diácono permanente José Mariani “me comunica que nos llaman del sanatorio para bautizar a Milagros”.
“Llegamos, con un frío terrible afuera, y nos encontramos con la doctora Alicia Gladis Monzón y un grupo de enfermeros en la terapia del sanatorio. Todos pendientes de Milagros. Sentí enseguida lo que puede la terrible fuerza de la vida y del amor”, describió. Al mismo tiempo, acotó que “en la incubadora encontró a una beba hermosa, radiante. Su carita reflejaba paz, hasta una sonrisa nos regaló”.
Luego, contó que “con José y estos hermanos celebramos el bautismo de Milagros. Fue muy emocionante”.
Tras lo cual, el párroco también transcribió un mensaje que recibió de Mariani: “Sentí la inocencia y falta de protección de una niña; viví la providencia y esperanza de una hija de Dios. Me acordé de tantos argumentos de los pro-muerte. Y no dejaba de contemplar el rostro de Milagros. El amor que se sentía por ella en esa sala. Es verdad, la vida vence a la muerte”.
“Pedimos por Milagros, para que pronto tenga un hogar. Pedimos por esa mamita que conscientemente, quiso la vida de su hijita. Qué lindo sería mostrarle estas fotos, que se entere que su bebé está bien.Volví a casa con ese rostro en el corazón. Volvió a triunfar la vida, fui testigo”,concluyó.
*El Litoral