Se trata de la mujer que fue agredida en Charata durante el mes de abril, cuando salía de su casa para ir a trabajar. Ahora está esperando el juicio que definirá el destino del único imputado, pero la señora todavía continúa con las secuelas que dejó el ataque. Además debe gastar mucho dinero (que no tiene) en medicamentos.
«No es fácil la situación por la cual estoy atravesando, quedaron secuelas, lamentablemente, son secuelas graves, que todavía están en proceso de recuperación después de lo que pasó hace meses atrás. Estoy con medicamentos, un descontracturante que cuesta, los 20 gramos, unos 500 pesos, me dieron gotas para la nariz, se hace difícil todo por los precios, es muy duro todo esto. Es un momento muy complicado el que estoy atravesando pero confiando en que voy a salir adelante. El rostro me lo reconstruyeron completamente, no tenía huesos sanos, me sacaron huesos de un lado para poder reconstruirme la cara y si no iba a cirugía las cosas se iban a complicar. No era que tenía que elegir, era sí o sí. En mayo fue la cirugía, es un proceso de recuperación de un año, antes es imposible, por suerte va todo bien a pesar de que tengo la cara hinchada, debo evitar golpearme, tengo que dormir, prácticamente, sentada, no tengo que apretarme esos sectores golpeados porque si lo hago el dolor es muy fuerte”, relató la damnificada en diálogo con Diario Norte.
Ofelia también contó que “hasta hoy no sé qué pasó, cuáles fueron los motivos de todo lo que tuve que soportar. No vi nada, solo sé que casi me mataron a golpes. La causa sigue en pie, a mí me llamaron tiempo atrás desde el juzgado, porque esta persona ofrecía 200 pesos por mes durante un año, no lo acepté y sé también que estaría realizando trabajos comunitarios hasta el día del juicio. Yo hoy no trabajo, estoy con innumerables problemas de salud, mientras esta persona tiene la libertad de salir a trabajar. Soy la persona damnificada y resulta que es él quien tiene, digamos así, más suerte y anda en la calle. Hasta el día de hoy no se el fin del ataque o porque lo hizo, solo para robarme una matera y ni siquiera encontraron se encontraron mis pertenencias, nadie encontró nada. Después de todo esto tengo miedo, veo que alguien viene y ando mirando para los costados constantemente. Es totalmente duro y difícil todo esto, no tengo trabajo, y me faltan muchas cosas. Quiero destacar que el municipio a través de la señora de Langellotti y Carla Aye me atendieron de la mejor manera, y lograron ayudarme para que pueda viajar a Resistencia cada vez que lo tenga que hacer, eso para mí es de gran ayuda”, finalizó.