Resistencia honró a su santo patrono, San Fernando Rey

Sociedad

El intendente Jorge Capitanich encabezó en la mañana de hoy las actividades cívicas y religiosas en honor a San Fernando Rey, al conmemorarse el día del patrono de la ciudad. De las mismas participaron secretarios y subsecretarios del municipio, funcionarios del gobierno provincial, concejales, diputados, miembros del Superior Tribunal de Justicia, entre otros.

En primer lugar se izaron los pabellones nacional y provincial en el mástil mayor lugar donde además se realizó una oración interreligiosa. Posteriormente los presentes se trasladaron hasta la Catedral donde Monseñor Ramón Dus ofició el Tedeum. Vale mencionar que a las 19,30 se realizará la tradicional procesión.

Capitanich recordó que Clemente X fue quien canonizó a Fernando III como santo. “Fernando fue un rey, de una comunidad de Castilla de León, aclamado por sus virtudes”, dijo el intendente quien además mencionó que los antecedentes en la ciudad detallan que un 27 de agosto fue la creación de San Fernando del Río Negro que fue una reducción Jesuítica que se estableció a la altura de la actual avenida 25 de Mayo al 2000 o 2200.

 

Santo Fernando

Fernando III fue un rey profundamente piadoso, hombre de fe y oración, devoto de la Virgen, de quien llevaba siempre una imagen consigo. Agradecido a Dios por sus éxitos políticos y militares, tuvo como prioridad concluir la recuperación de la península ocupada por los moros, cuidando la honestidad y piedad de sus soldados, viendo la guerra bajo la razón de la cruzada cristiana.

De buen trato con las demás religiones. Impulsó la literatura, protegió a las nacientes órdenes de franciscanos y dominicos, preparó la codificación del Derecho, entre otras obras.

Santo laico, esposo y padre ejemplar, sabio y humilde gobernante, defensor de la justicia. Se casó dos veces. La primera, en 1.219 con Beatriz de Suabia, de Alemania, con quien tuvo diez hijos, de los cuales le sucederá Alfonso X (El Sabio). En 1.236 muere su esposa. Vuelve a Toledo y se casa en 1.237, con la francesa Juana de Ponthieu, con quien tiene tres nuevos hijos. Alcanzó la santidad con altísimos ejemplos de pureza de vida y sacrificio personal.

La Iglesia celebra su Fiesta Litúrgica el 30 de mayo, día en que entregó su alma al Señor, en 1.252. Por razones pastorales, se conmemora su día el 27 de agosto, haciendo coincidir el festejo con el de la ciudad, recordando que esta zona ya se había puesto bajo su protección en 1.750, cuando los padres jesuitas fundaron la reducción de indígenas abipones.

Dicha fundación se realizó en las proximidades del Río Negro, sobre la actual avenida 25 de Mayo, a la altura del 2.000, donde se encuentra el monolito recordatorio.