Se trata de Ramón Eduardo Campo, ex funcionario de la localidad de Curuzú Cuatiá, quien está seriamente comprometido por una causa de enriquecimiento ilícito.
El hombre está sospechaco de presunto enriquecimiento ilícito y negociaciones incompatibles con el ejercicio de la función pública, y la situación llevó a que la Justicia decida su procesamiento.
La medida fue dispuesta por el juez de Instrucción y Correccional de esa localidad, Martín José Vega, y ahora son cuatro causas distintas las que enfrenta Campo. Cabe recordar que ya fue acusado por hurto de energía eléctrica y portación de arma de fuego.
Ocampo se desempeñó como funcionario en la Municipalidad de Curuzú Cuatiá, desarrollando una actividad política que le permitió ir ocupando diferentes cargos públicos, y sus ingresos económicos legítimos percibidos, si bien podían permitir la satisfacción de sus necesidades, no constituían un caudal que lo convirtiera en una persona de fortuna, con posibilidades de grandes inversiones.
Se reveló que poseía un inmueble con 15 departamentos o unidades habitacionales en construcción avanzada y dos locales comerciales, además de vehículos automotores de elevado costo y otras inversiones en curso de investigación.
El ex funcionario curuzucuateño mantenía una relación con una mujer, a quien cedió la titularidad de los bienes adquiridos. El plan de los imputados consistió en simular la propiedad de los inmuebles comprados por Ocampo pasándolos a nombre de su pareja.
También se consideró probado que Ocampo, en su calidad de Secretario de Obras y Servicios Públicos de la Municipalidad y en complicidad con un agente municipal bajo su órbita, intervino aprobando el Plano, la inspección de obra, la liquidación de los Derechos y Tasas municipales a cobrar y autorizando por ende la ejecución de la obra de su emprendimiento inmobiliario.
Los bienes detectados hasta el presente, y que se considera que integran el enriquecimiento ilícito, se encuentran embargados por la Justicia y sujetos a decomiso en caso de recaer condena.
