La ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, presentó junto al jefe de la Policía Federal Argentina, Néstor Roncaglia, la operación “Hollywood Stolen”, un procedimiento conjunto con la Embajada de los Estados Unidos, el FBI y la Policía de Nueva York que permitió desarticular una organización criminal dedicada al robo de equipamiento audiovisual a empresas productoras de Hollywood.
Todo el material profesional era luego contrabandeado a diferentes polos publicitarios y cinematográficos, entre ellos la Ciudad de Buenos Aires. El material incautado asciende a casi tres millones de dólares, en tanto que hay cuatro detenidos en Estados Unidos y 17 involucrados en nuestro país.
“El trabajo en equipo junto a la Policía Federal, la Embajada de Estados Unidos, el FBI y la Policía de Nueva York nos permitió conocer todas estas maniobras de contrabando y dar cuenta de los roles de todos los involucrados”, aseguró la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, durante la conferencia de prensa celebrada en el Departamento Central de la PFA. Y agregó: “Vamos a seguir con la investigación para verificar quiénes obraron con buena fe y quiénes diagramaron estas operaciones delictivas”.
El personal del Departamento Delitos Federales realizó 10 allanamientos en distintas empresas del medio local, todas ubicadas estratégicamente en el polo audiovisual de Palermo. Así se secuestró una inmensa cantidad de equipamiento técnico y tecnológico de los que se utilizan en producciones de películas y cortos publicitarios.
Entre los costosos elementos incautados hay 17 computadoras, 33 trípodes profesionales de alta gama, 224 lentes fílmicos de precisión, 69 cámaras filmadoras, ocho cámaras de fotos, 82 luces para uso profesional, 29 balastros, tres paneles, 11 bolsos, siete pantallas, 15 grupos electrógenos, seis valijas de equipamiento, seis monitores, 52 baterías y dos micrófonos.
“Hemos hecho seguimientos pormenorizados para analizar la situación de las 17 personas que están involucradas en los hechos”, afirmó el secretario de Seguridad, Eugenio Burzaco. Y subrayó: “Hemos recuperado los bienes robados y colaborado para transparentar un mercado que estaba distorsionado por estas operatorias”.
Por su parte, el jefe de la Policía Federal, Néstor Roncaglia, destacó “el trabajo coordinado con otras policías locales como la de Mendoza, el FBI y la Policía de Nueva York, fundamental para combatir al crimen organizado”. “Hemos dado cuenta del contrabando tipo hormiga y de las maniobras de estafa, y ahora se vendrá una segunda etapa que consiste en profundizar sobre los infractores”, enfatizó.
EL MODUS OPERANDI
La industria cinematográfica y publicitaria contrata productoras para el desarrollo de sus contenidos. Estas, en virtud del altísimo costo de los equipos tecnológicos, no poseen stock de equipamiento, sino que se los alquilan provisoriamente a empresas denominadas “rentals”, las cuales basan su negocio en la adquisición de esos equipos para luego lucrar con su arrendamiento en reiteradas oportunidades.
Estos aparatos tienen la particularidad de ser muy específicos y de alta gama, poseyendo un elevado valor en el mercado y cuya producción es exclusiva de ciertas fábricas a nivel mundial. A modo de ejemplo, un set de seis lentes puede oscilar los 250.000 dólares estadounidenses.
En nuestro país, el mercado de producción es notoriamente más pequeño que en EE.UU. o algunos países de Europa, por lo cual se dificulta adquirir elementos de esas características, toda vez que su amortización resulta prácticamente imposible.
Es así que la organización investigada ha establecido un modus operandi mediante el cual se hacía de equipos sustraídos en el extranjero, para luego ingresarlos ilegalmente a nuestro país y proveer a los “rentals”, a un costo muy inferior al de mercado.
Y a su vez estas compañías debían realizar otro accionar espurio, ya que los bienes en cuestión debían estar “asegurados” para trasladarlos a las diferentes locaciones, por lo que, para ello, se adulteraron u ocultaron los números de serie de cada dispositivo, evitando así que se detectara que los mismos eran robados.
Toda esta maniobra delictiva, más allá del perjuicio ocasionado a la victima de robo en el extranjero, como al Estado Nacional por la falta de tributo aduanero, produjo un desequilibrio en las relaciones de competencia entre los “rentals”, ocasionando que aquel que quisiera trabajar con equipos legales quedara directamente “fuera del mercado”, impactando de esta forma en toda la industria nacional de producciones audiovisuales.
“Estos procedimientos generaban también competencia desleal en la Argentina entre quienes infringían la ley y quienes debían conseguir los equipos a un costo mayor”, expresó Bullrich. Y añadió: “Esto ayuda a promover una Argentina de la legalidad, en la que el que trabaja puede prosperar y el que no cumple las reglas termina con sus equipos secuestrados”.
“Nuestra estrategia aquí será la misma que estamos llevando adelante en todos los procesos: devolverle a la gente aquello que le fue robado”, concluyó Bullrich.
LA INVESTIGACION
Hace dos años, y a través del personal del Departamento de Seguridad Diplomática de la embajada de EE.UU., la Policía Federal tomó conocimiento de una investigación llevada a cabo por la Policía de Nueva York, la cual tenía ramificaciones en nuestro país. Así se inició la pesquisa sobre la “conexión local”, interviniendo primero la justicia de Mendoza, para luego recaer el caso en el Juzgado Nacional en lo Penal Económico N° 2 del Dr. Pablo Yadarola, Secretaria N° 3 del Dr. Fernando Stokfisz.
De esta forma, y mediante seguimientos, filmaciones, intervenciones telefónicas, y contacto permanente con la policía neoyorquina, lograron probarse los extremos denunciados, identificar a las personas involucradas y establecer las locaciones donde se hallaban los equipos objeto del ilícito.
De las averiguaciones surgió también que los integrantes de las diferentes sociedades comerciales son las personas sospechadas como principales participes de la maniobra criminal.
Mientras se realizaban los allanamientos, los investigadores mantuvieron un contacto “on-line” con los policías de Nueva York, pudiendo establecer que los equipos que iban encontrando tenían denuncia de robo en distintas ciudades americanas.