Jóvenes y mujeres, víctimas invisibles de las enfermedades cardiovasculares

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En Argentina, la principal causa de muerte es producto de enfermedades cardiovasculares como infartos, ACV o insuficiencia cardíaca, pero estas patologías se podrían evitar en un 80% si disminuyen los factores de riesgo que las causan, asegura el Secretario de la Sociedad Argentina de Cardiologìa (SAC) y jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Alemán, Claudio Higa.

Para evitar las enfermedades cardiovasculares se debe actuar sobre factores como la hipertensión arterial, las dislipemias (niveles elevados de colesterol o grasas en sangre), el sobrepeso, el tabaquismo, la diabetes, el sedentarismo y el estrés.

“Llevar un estilo de vida saludable no es fácil, y no se trata de suerte o sólo de genética, pero el centro de la cuestión no es agregar años de vida, sino calidad en nuestros días”, plantea Hernán Provera, médico cardiólogo y Coordinador de Prevención Cardiovascular en INEBA en diálogo con Agencia CTyS-UNLaM.

Adoptar ciertos hábitos saludables puede hacer una gran diferencia. Desde lo alimentario, Provera sugiere dejar de consumir todo tipo de grasas y empezar a incorporar 5 porciones de fruta o verdura por día. Según la SAC, este tipo de dieta reduce el colesterol en un 10%.

Y para combatir el sedentarismo, recomienda un mínimo de 150 minutos a la semana de actividad física aeróbica con intensidad moderada. Por último, dejar de fumar es esencial porque el tabaquismo es el factor de riesgo adquirido más importante.

“Con controles anuales de colesterol total, bueno y malo, triglicéridos, glucemia en sangre, medir la presión arterial y los clásicos cardiológicos como el electrocardiograma basal, el electrocardiograma de esfuerzo, en pacientes mayores de 35 años y, a partir de los 16 años, un ecodopler cardíaco, lograríamos reducir los riesgos notablemente”, detalla Provera.

Las mujeres se enferman más jóvenes que en épocas anteriores

En los últimos tiempos, gracias a las campañas mediáticas de prevención del cáncer de mama, los índices de mortalidad han bajado, pero no ocurre lo mismo con las enfermedades cardiovasculares (ECV).

“Tomando datos oficiales de 2015 y comparando las mujeres que mueren por enfermedades cardiovasculares y por cáncer de mama la cifra indica que la mortalidad femenina anual por ECV es 8 veces superior a la del cáncer de mama”, advierte el doctor Claudio Higa.

Hoy en día, las mujeres, llevan un estilo de vida muy similar o incluso más estresante que la de cualquier hombre. Por eso, gran parte de las enfermedades que antes eran patrimonio del hombre, como las cardiovasculares, ahora también afectan a las mujeres. Décadas atrás, en las unidades coronarias la mujer era la que acompañaba a su marido, hoy es ella la que está en la camilla.

“Las mujeres de hoy se enferman más jóvenes que antes, llegan más tarde a recibir el diagnostico porque no reconocen la enfermedad como propia por lo cual sus cuadros son más graves”, señala Provera.

Es necesario que la información llegue a estas mujeres y entiendan que no es una enfermedad que las exceda, ya que detrás de estos números hay madres, hijas, esposas, hermanas, amigas, según los cardiólogos.

La edad arterial de los jóvenes

Con el paso de los años las arterias del ser humano se van rigidizando y la disminución en su elasticidad es un factor fundamental para que este conducto sufra más daño. “Pensémoslo como si se tratase de una casa de 60 o 70 años cuyas cañerías están llenas de sarro. El colesterol vendría a ser el sarro que se va depositando en las arterias, se va calcificando y, si ves su pared arterial, estará rígida”, explica el doctor Provera en una entrevista con Agencia CTyS-UNLaM.

“Lo que no es normal – apunta el cardiólogo- es que construyas una casa nueva, con cañerías nuevas y en 5 o 10 años veas que están llenas de sarro”. Lo que lo produce se vincula directamente con la aparición de factores de riesgo que predisponen a que la arteria se ponga rígida antes de tiempo y sea predictor de infartos, accidentes cerebrovasculares, trastornos cognitivos o insuficiencia renal.

La mala noticia es que, según los últimos estudios, un 20% de los jóvenes tiene las arterias más rigidizadas que lo esperado para su edad. “Si tenemos un chico de 30 años con la rigidez arterial de un paciente de 50 años, para nosotros ese chico tiene el riesgo de tener enfermedades cardíacas de un paciente de 50”, comenta el especialista.
Pero la buena noticia es que la edad arterial, a diferencia de la cronológica, se puede modificar con solo adoptar hábitos saludables.

*Agencia CTyS-UNLaM