Ancestral y contemporáneo: Una categoría del presente

Sociedad

¿Resistencia da cabida a espacios comunes e integradores, a lugares de encuentro y diálogo con la cultura originaria?

Uno de los interrogantes que planteó el foro que abrió el festival Ancestral y Contemporáneo.

Charla, reflexión, síntesis; palabra y pensamiento; ideología y sentimiento, en ese intercambio de varias horas y de varias voces competentes sobre “Interculturalidad. Ciudad: Posibilidades y tensiones”

El coloquio dejó en claro que:

“Pensar una forma real de interculturalidad es interpelar múltiples sentidos y formas que hoy mantenemos como “mejores formas”: las prácticas y sistemas políticos occidentales (“la democracia”), exigir mayores instancias de consulta, cuestionar las formas de reproducir y de actuar en y desde las instituciones que intervienen en nuestras vidas”.

“Implica desafíos hacia los indígenas: entender que “emponderarse” es valorase a pesar de las imposiciones: valorar la lengua y trasmitirlas, valoras los conocimientos, las formas de respetar la naturaleza, recuperar el poder de la palabra propia, revalorizar la concepción del tiempo”.

“El desafío de sostener que es posible la interculturalidad es encontrar la igualdad en las diferencias. Solo desde allí podrá pensarse y crearse ciudades con posibilidades de interculturalidad”.

LO ANCESTRAL, RESPLANDECIENTE EN NUESTRO CONTEMPORÁNEO

Los saberes, las prácticas ancestrales en nuestro devenir siempre urgente ¿Son apreciados?; ¿Se valora la cultura indígena; ¿Se advierten sus quilates?

El departamento de Industrias Culturales del Instituto de Cultura del Chaco junto a otras instituciones, marcó la segunda edición de un festival culturalmente necesario.

Lo intercultural en el tapete, pero principalmente, la exhibición y deguste de las culturas madres, que no están extintas o en museos, sino vivas, latiendo.

Ciertamente que en estos tiempos se advierte la intención de transitar un camino intercultural, para enriquecer nuestras vidas.

Otras culturas, otras tribus, otros mundos en nuestro alrededor, como los instrumentos en una orquesta: cada uno con su particularidad pero conviviendo.

Nosotros – los chaqueños – tenemos el privilegio de compartir con la viva y latente cultura originaria que antecede a la cultura blanca.

Lo originario es un patrimonio, una joya, que ha pasado a pertenecernos en el devenir como pueblo. Y que fortalece nuestra identidad.

En ese contexto -y porque no se puede amar o valorar lo que no se conoce-, el festival fue una oportunidad óptima de contactarse con lo ancestral: la realeza de la artesanía, el exotismo de las lenguas, los misteriosos sonidos musicales.

Pero no solamente contactarse en lo inamovible. La aliazón de lo antiguo con el presente, fue visible en los productos y creaciones en vivo de las mesas colaborativas que reúne diseñadores contemporáneos y colectivos de artesanas indígenas generando productos donde lo ancestral y lo contemporáneo se juntan y se refuerzan.

El Centro Cultural Alternativo fue el anfitrión idóneo de esta movida de noviembre llena de revelaciones: talleres de alfarerìa, charlas sobre medicina ancestral, ferias de diseño y de artesanías, discos, libros e indumentaria, juegos ancestrales, cine indígena, narración oral con relatos de historias tradicionales, lectura en lenguas; y al cierre de cada noche, la música con ecos ancestrales y atmósferas contemporáneas.

Tres días cargados de acción, de convivencia intercultural, pero sobre todo, altamente nutritivo y reflexivo para la cultura blanca.