Argentina venció a Mexico en Córdoba

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En Córdoba, el equipo de Scaloni se impuso por 2-0 con goles de Funes Mori y Brizuela, en contra. El martes vuelven a jugar en Mendoza.

Con el brillo de Paulo Dybala, la Argentina de Lionel Scaloni aprobó otro examen al vencer a México por 2 a 0 en Córdoba y obtuvo la Copa Adidas. El quinto amistoso de la era interina de Scaloni (¿seguirá hasta la Copa América?) dejó nuevamente sensaciones positivas, pero tuvo a La Joya como el más destacado. Con 25 años recién cumplidos (los festejó el viernes a la noche en la concentración de Salsipuedes), Paulo tuvo en su provincia natal, una performance a la altura de lo que se le reclamaba aunque sigue sin poder hacer goles con la casaca celeste y blanca.

Cinco minutos duró el picante mexicano. Fueron dos chispazos en un pestañear que hicieron pensar que la agradable noche, aquí en La Docta, sería muy negra para el conjunto nacional. Porque el travesaño se lo negó a Raúl Jiménez al minuto. Y porque una desatención de Ramiro Funes Mori provocó que Pulido se la cediera a Marco Fabián para quedar cara a cara con Agustín Marchesín, que se hizo gigante en su regreso al arco celeste y blanco después de sufrir aquella goleada nigeriana que lo dejó sin Mundial.

Sin embargo, lo de este México también renovado fue una serenata fugaz. Rápidamente la Argentina lo fue llevando para el lado del cuarteto con Dybala como el frontman del equipo. Sorprendió Scaloni con el dibujo 3-4-3. Lo había ensayado en Ezeiza, pero nada indicaba que lo utilizaría. Pero eso fue lo que propuso y le sirvió para jugar prácticamente todo el partido en el terreno visitante.

Con el círculo central al resguardo gracias al doble cinco Lo Celso-Paredes, los de arriba, encabezados por Dybala, pudieron generar mucho. El del Betis se sumaba al ataque cuando, con la pelota en los pies, avanzaba y se asociaba con sus compañeros ofensivos. El del Zenit es el tiempista del medio, el que hace los relevos, el que da el equilibrio y seguridad en la marca.

Con La Joya reluciendo, la Selección se olvidó de esas turbulencias iniciales y empezó a hacerse merecedor de la victoria. Dybala protagonizó casi todas las jugadas de riesgo. Probó de mediavuelta desde la medialuna y lo encontró bien parado al arquero Ochoa. Armó un desborde por la derecha que derivó en un remate de Marcos Acuña que también tapó Ocohoa. Tiró un centro de derecha a izquierda a la cabeza de Lautaro Martínez, pero el Toro no le pudo dar buena dirección y el arquero mexicano ganó una vez más.

Paulo se hizo dueño hasta de las pelotas paradas. Y así llegó el 1 a 0 albiceleste. Con su zurda transformó un tiro libre desde la izquierda en un centro letal que le quedó a Funes Mori para peinarla en el área chica y vulnerar al hasta ese momento inquebrantable Ochoa. Todo un desahogo para el defensor, que volvió a convertir desde su retorno por lesión que lo dejó sin ir a Rusia.

Se esperaba una actuación así de Dybala con la camiseta de su país. Y en su provincia natal, donde no había podido sobresalir en la derrota contra Paraguay por 1 a 0 en 2016 por Eliminatorias. Fueron muchos más los sinsabores del 10 de la Juventus que las alegrías en la Selección. Su historia con el conjunto nacional por ahora no venía dándole satisfacciones. Con Lionel Messi al lado pasaba desapercibido. Y sin Leo, nunca había sido el eje que el equipo necesitaba. Es que más allá de su juventud, Dybala quedó también enganchado en ese lastre que no dejó en paz a la generación que supo ser subcampeona del mundo en Brasil. Ahora, apuesta a soltarse, a liberarse, a unirse a la sangre nueva que propone Scaloni, que pretende desbloquearlo.

En estos amistosos, Dybala venía demostrando ya otra cara, una más natural como la que usa cada fin de semana en la liga italiana. Y en la noche del Kempes, recibió los aplausos que tanto necesitaba: los de su gente, en el jardín de su casa. Le faltó el gol, es cierto. Lo buscó. Tuvo otra en el complemento, cuando el partido ya se empezaba a deformar por la gran cantidad de cambios. Intentó ubicarla por arriba de Ochoa, pero la pelota se le fue más allá del techo del arco.

Con la garganta seca, salió a los 25 del complemento por Franco Vázquez. Seguirá sin convertir en la Selección. Lo volverá a buscar el martes en Mendoza. Pero Dybala esta vez sí se sintió al fin importante en un partido que terminó 2 a 0 con el gol en contra de Brizuela tras una trepada de Saravia por la derecha.

 

 

Fuente: Clarín.