El trabajo conjunto que encabezó el Ministerio de Seguridad de la Nación permitió arrestar a piezas clave de la organización, que captaba a sus víctimas con falsas sesiones de fotos en Recoleta.
La denuncia de una menor encendió las alarmas: esgrimía que había sido engañada y obligada a ejercer la prostitución. Frente a ello, el Ministerio de Seguridad de la Nación, a cargo de Patricia Bullrich, comenzó a investigar y, junto a las fuerzas federales, la Policía de la Provincia de Buenos Aires y el Poder Judicial, dio cuenta de todo un entramado de trata de personas con fines de explotación sexual. Tras sumar las pruebas necesarias, se realizaron dos allanamientos que permitieron desarticular a la organización y detener a dos de sus piezas clave.
La víctima, de 15 años, que realizó la denuncia describió cómo habían sido los hechos: la contactaron para una sesión de fotos en un edificio del barrio porteño de Recoleta; allí, luego la obligaron a permanecer en una habitación privada y ejercer la prostitución, siendo sus fotos publicadas con identidades falsas en sitios de internet. Allí se configuraban una serie de delitos de máxima gravedad: trata, corrupción de menores y pornografía infantil, lo que llevó a articular un despliegue articulado entre diferentes agencias del Estado.
“Vamos a ir a fondo contra esta banda y contra todas las redes de trata de personas que operen en nuestro país. Con investigación, cooperación policial y el compromiso del Gobierno Nacional en la lucha contra los delitos complejos, trabajamos día a día para que estos delincuentes estén donde tienen que estar: a disposición de la Justicia”, afirmó la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien instruyó políticas expresas a la Secretaría de Seguridad que dirige Eugenio Burzaco.
La pesquisa que encabezó la Dirección Nacional de Investigaciones que comanda Rodrigo Bonini permitió conocer cada eslabón del circuito delictivo. La organización captaba jóvenes en la zona sur de la Provincia de Buenos Aires, más precisamente en Quilmes, Florencio Varela y Berazategui. Esta tarea era desarrollada por Karina, de 40 años, la “regenteadora”. Su pareja, conocido como Matías, de 35, se encargaba del traslado de las víctimas hacia el departamento de Recoleta donde quedarían cautivas. Lo hacía en autos de lujo, pantalla que empleaban para simular que pertenecían a una importante productora audiovisual. Luego entraba en acción Claribel, de 20 años, responsable de recibir a las damnificadas en el edificio y llevarlas hasta la falsa sesión de fotos.
Con todas las pruebas que se fueron acumulando junto a la Departamental de Berazategui de la policía bonaerense, se dio participación a la Prefectura Naval Argentina –institución que encabeza Eduardo Scarzello-, a funcionarios del Programa Nacional de Rescate de Víctimas de Trata de Personas del Ministerio de Justicia y a personal de Migraciones. Finalmente, a instancias de la UFIJ N° 1 de Berazategui y el Juzgado de Garantías 3 de Quilmes, se libraron dos órdenes de allanamiento: uno sobre el departamento de Recoleta y otro sobre la vivienda de Claribel, en Ezpeleta.
De esa forma fueron arrestadas Karina y Claribel, en tanto que se rescató a tres mujeres que quedaron a resguardo de especialistas que le brindarán la contención necesaria. Asimismo, se secuestraron armas de fuego, lencería, dinero en efectivo, teléfonos celulares, equipos electrónicos y documentación que será de mucha utilidad para continuar estudiando posibles conexiones y dar con todos los responsables de la red criminal de trata.