Los datos se desprenden de una encuesta sobre «hábitos sexuales y el uso de anticonceptivos» en América Latina.
En el marco del XX Congreso Internacional de la Sociedad Argentina de Ginecología Infanto Juvenil en Buenos Aires, los profesionales llegaron a la conclusión de que «el embarazo no intencional es un problema de salud pública a nivel mundial, siendo el aborto, en condiciones inseguras, una de las consecuencias del mismo lo que lleva a un aumento de la mortalidad materna”.
Se estima que cada año 86 millones de mujeres en el mundo tienen embarazos no intencionales por no acceder a servicios de planificación y más del 30% no tiene satisfechas las necesidades contraceptivas.
PRIORIDAD CRÍTICA
Especialistas de todo el mundo coincidieron en que, en este contexto, “el embarazo adolescente no intencional es una prioridad crítica de salud, y merece un abordaje integral debido al impacto en este grupo etario que no solo implica la morbimortalidad sino también las consecuencias a largo plazo”.
Los datos surgen en el marco de un anacrónico debate, teniendo en cuenta que hay una ley vigente, sobre la necesidad de una implementación efectiva de la Educación Sexual Integral en los distintos niveles educativos marcado por un fuerte lobby de los sectores más conservadores de la sociedad. También llegan en momentos en que están abiertas las heridas provocadas por la muerte de una niña wichí de 13 años y su bebé, tras llegar con un grave cuadro de salud al hospital de la capital chaqueña, con muestras flagrantes del corto brazo del Estado cuando se trata de contener a los sectores más postergados.
EDUCACIÓN ESCASA
La encuesta “Hábitos sexuales y uso de anticonceptivos”, exploró el conocimiento de las mujeres jóvenes de América Latina de entre 18 y 21 años, sus parejas y sus madres sobre la sexualidad en general, el uso de métodos anticonceptivos y la preocupación por el embarazo no intencional. Los resultados dan cuenta del conocimiento y las inquietudes en torno al inicio de relaciones sexuales, y a la prevención de situaciones, como las infecciones de transmisión sexual (ITS) y los embarazos no intencionales, por lo que constituyen un cúmulo de información de relevancia para el planeamiento de políticas de salud pública que hagan foco en esta población.
La principal conclusión es que “dentro del abordaje integral, la educación sexual, la mejora en la atención y en el acceso a los métodos anticonceptivos son pilares para la disminución de la problemática del embarazo no intencional en adolescentes”. “Un elemento esencial en su prevención es el conocimiento, acceso y uso consistente y eficaz de anticoncepción”, sostuvieron los especialistas y explicaron que “por su alta efectividad y nivel de seguridad, el implante subdérmico y el DIU intrauterino son métodos anticonceptivos que se encuentran especialmente recomendados como herramientas de primera elección para la prevención del embarazo no intencional, a tal punto que en la Argentina el Ministerio de Salud y Desarrollo Social de la Nación los provee en forma gratuita a adolescentes hasta 24 años. Sin embargo, la encuesta “Hábitos sexuales y uso de anticonceptivos” mostró por ejemplo que “el uso del implante subdérmico en la región es muy bajo y que en la Argentina es especialmente reducido el conocimiento que esta población tiene acerca de sus beneficios”.
NÚMEROS PREOCUPANTES
La encuesta mostró que casi 3 de cada 4 embarazos adolescentes en América latina y el Caribe no son buscados, y cerca de la mitad terminan en abortos. En Argentina, 109.000 adolescentes y 3.000 niñas menores de 15 años, tienen un hijo o hija cada año, lo cual representa el 15% de los nacimientos anuales. En los últimos 5 años este porcentaje se mantuvo estable. Así, en Argentina, 7 de cada 10 embarazos en adolescentes de entre 15 y 19 años y 8 de cada 10 embarazos en niñas menores de 15 años no son intencionales. “Es imprescindible dar a conocer los diferentes métodos anticonceptivos disponibles para poder acceder a los mismos”, plantearon en el Congreso Internacional