En el día del militante, el primer mandatario provincial saludó a todos los que representan «la resistencia, el coraje y el sacrificio».
Bajo el título SALUDO A QUIENES TRANSMITEN LA LLAMA DEL VERDADERO SENTIR PERONISTA, el gobernador Domingo Peppo escribió las siguientes líneas:
El 17 de Noviembre de 1972 no fue un día más para los argentinos, menos aún para el pueblo peronista. Luego de casi 18 años de exilio, el General Juan Domingo Perón, volvía a pisar suelo argentino. Sin lugar a dudas este fue un hecho histórico marcado por el heroísmo de miles de personas, en especial de los jóvenes, que bajo la consigna “Luche y Vuelve”, tuvieron el valor político de ser protagonistas de una gesta singular, y es en honor a todos ellos que conmemoramos en esta fecha el “Día del Militante Peronista”.
Representa la síntesis de la resistencia, el coraje, el sacrificio, la abnegación de ser peronista; del movimiento obrero, de los jóvenes, de la más férrea militancia, histórica y renovada por las nuevas generaciones; y el retorno al voto popular y democrático luego de la proscripción cívico-militar.
El General Perón había anunciado su retorno el 7 de noviembre mediante una solicitada que decía: “…un mandato interior de mi conciencia me impulsa a tomar la decisión de volver, con la mejor buena voluntad, sin rencores que en mí no han sido habituales y con la firme decisión de servir, si ello es posible”.
Desde Roma, el 15 de noviembre, el General enviaba un mensaje dirigido a todo el pueblo peronista, en estos términos: “Como en los viejos tiempos, quiero pedir a todos los compañeros de antes y de ahora, que dando el mejor ejemplo de cordura y madurez política, nos mantengamos todos dentro del mayor orden y tranquilidad. Mi misión es de paz y no de guerra”.
Ante su inminente retorno, el 16 de noviembre, el Gobierno de la dictadura de Lanusse, tomó medidas extremas rodeando el aeropuerto Ministro Pistarini (Ezeiza). Sin embargo, miles de personas se lanzaron a las calles bajo una fuerte llovizna, saltando alambradas, unidos mano con mano cruzaron los dos brazos del río Matanza, avanzando hasta el impenetrable cordón de soldados, para dar la bienvenida a su gran Líder.
Con la bandera de la “desperonización del país”, quisieron y no pudieron borrar nuestros símbolos, quisieron y no pudieron, quitar de los corazones ese acto de compromiso entre Perón y su Pueblo, quisieron y no pudieron derrumbar la lucha de generaciones que dejaron el barro del olvido al que estuvieron sometidos durante años, quisieron y no pudieron evitar el regreso de quien supo interpretar los sueños de tantos argentinos postergados.
Fueron años de verdadero terror, de cruda violencia hacia los militantes que tuvieron que sufrir persecuciones, proscripciones y fusilamientos, entre otros tantos hechos nefastos. Pero el pueblo argentino siguió luchando, con la esperanza que descansaba en cada corazón peronista, siendo el 17 de noviembre el día que el accionar colectivo dijo basta a la política de subordinación y logró torcer el brazo de los militares, imponiéndose ante tanto individualismo, egolatría y narcisismo, otorgando una merecida reparación histórica al General Perón luego de tanta persecución, cárcel, exilio y difamación, recuperando nuestra historia para reconstruir una patria más justa, libre y soberana.
Recordamos en este día a todos aquellos compañeros que han hecho honor a la palabra “militante”, enseñándonos a amar, defender y entender la doctrina que heredamos de Perón y Evita, y el verdadero significado de lealtad, compañerismo, solidaridad, entrega y lucha.
Agradezco a cada uno de nuestros militantes, los de ayer, los de hoy y los que vendrán, por su tarea cotidiana, por dedicar su tiempo y esfuerzo, abrazando y reivindicando la política con pasión, por ser el nexo indispensable entre dirigentes y vecinos, la cara visible del partido, porque sin ustedes la permanencia y continuidad de nuestro proyecto político no sería posible.
Porque ser militante peronista, es trabajar por los demás, por una causa colectiva superior; es defender lo justo; es tener sueños y esperanzas y trabajar por cumplirlos; es no sentirse solos jamás, permaneciendo firmes y unidos siempre; es orgullo de pertenencia; es trascender las barreras; es caminar, transmitir, sentir, emocionarse y sufrir junto a los compañeros; es ser un soldado incansable; es compromiso y humildad; es marcar la diferencia con pasión, dedicación y persistencia.
Sigan con su ejemplo, entusiasmo y tenacidad, transmitiendo a las nuevas generaciones la llama del verdadero sentir peronista, para que podamos entre todos seguir construyendo y fortaleciendo nuestra patria, con libertad, igualdad y justicia social.
¡Muy feliz día a todos los militantes peronistas!