Hasta el momento ya son 24 los detenidos tras 50 allanamientos, con la colaboración de la Gendarmería, PROCUNAR, PROCELAC, AFI, UIF, AFIP-DGA y la Policía de España.
Tras más de siete años de arduas tareas de inteligencia criminal, el Ministerio de Seguridad de la Nación, a cargo de Patricia Bullrich, junto a la PROCUNAR, la PROCELAC, la AFI, la UIF, AFIP y el juez federal Pablo Yadarola, desarticularon una importante organización criminal transnacional dedicada al tráfico de cocaína. El operativo, que se desarrolló en conjunto con la Gendarmería Nacional y la Policía Nacional del Reino de España, culminó con 24 detenidos tras 50 allanamientos en Buenos Aires, Mar del Plata, Córdoba, Salta y en el país europeo.
Durante el mes de abril del 2011, el Juzgado Federal N° 12, a cargo del Dr. Torres, dispuso el desarrollo de una investigación para comprobar y descifrar el accionar de esta banda narco conocida como “El Clan Loza”, liderada por los hermanos Edwin y José Gonzalo.
Con lo recolectado en los primeros meses y años de la pesquisa, se comprobó que, en efecto, los involucrados compraban la cocaína en Perú o Bolivia, la ingresaban a nuestro país para luego llevarla a España, Italia, Holanda, Bélgica y otros países del continente europeo. Lo hacían bajo la modalidad comúnmente conocida como “Gancho Ciego”: una vez que la Aduana controlaba el container, un infiltrado de la organización realizaba la apertura para introducir el estupefaciente y lo cerraba utilizando precintos mellizos a los originales.
De las tareas de campo se llegó a la conclusión de que Edwin Loza, uno de los jefes de la organización, era el encargado del transporte de la cocaína de un país al otro, mientras que su hermano, el otro jefe, la recibía y la comercializaba en España.
Cabe recordar que, hace aproximadamente un año atrás, el tercer hermano de los Loza, Valdemar “El Tío”, resultó detenido en la Operación «Ave Rapaz», realizada por la Gendarmería Nacional y la Policía Federal en La Matanza, con 1.166 kilogramos de cocaína valuados en más de 6.000.000 de dólares.
A medida que pasaba el tiempo, el Clan Loza adquiría mejores técnicas de transporte, ocultamiento, comunicaciones, exportación y una mayor habilidad en el lavado de activos. Manejaban grandes cantidades de dinero en Euros y Dólares Estadounidenses, que eran introducidos al país mediante organizaciones del sistema financiero ilegal. Éstas contaban con una estructura dedicada pura y exclusivamente a la colocación del dinero obtenido del narcotráfico en cualquier lugar de mundo.
Dadas las condiciones transnacionales de la organización criminal, la investigación tuvo que tomar un enfoque internacional, por lo que se recibió apoyo de la Policía Nacional del Reino de España (la cual detectó vínculos del Clan Loza en el país europeo).
Con la asistencia de la fuerza internacional, logramos identificar una importante transacción de dinero con destino a nuestro país a partir de las investigaciones de la Unidad de Información Financiera (UIF) y de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), lo que permitió develar la estructura de dicha organización en su totalidad.
Los efectivos de la Gendarmería Nacional, fuerza encabezada por Gerardo Otero, en conjunto con funcionarios del PROCUNAR, PROCELAC, AFI, UIF y AFIP-DGA, comprobaron que los integrantes de la familia Loza eran quienes encabezaban la pirámide funcional de la organización dedicada no sólo al tráfico de estupefacientes desde países limítrofes del Conosur hasta Europa, sino también al lavado de activos mediante la adquisición de bienes inmuebles y vehículos de alta gama, tanto dentro como fuera de nuestro país.
Con las pruebas suficientes, y bajo las órdenes del Juzgado Nacional en lo Penal y Económico N° 2, a cargo del Dr. Yadarola, se allanaron 50 viviendas en nuestro país y otras 23 en territorio español, de manera simultánea con controles online sobre los horarios de las requisas y un seguimiento controlado de todas las intervenciones, logrando la detención de 24 miembros –y la total desarticulación- del Clan Loza.
El operativo culminó con la incautación de dos Ferraris, un Chevrolet Camaro y otros autos de alta gama, 300.000 dólares, 12.000 euros, computadoras, equipos de comunicación y más documentación de vital importancia para la causa. Además, se tenían dentro de su patrimonio viviendas de lujo en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y diferentes hoteles y playas de estacionamiento en Mar del Plata y Salta, por las cuales generaban un flujo ficticio de dinero.