En las últimas horas, Arami y Mbareté cumplieron seis meses de vida y gozan de buen estado de salud en los humedales correntinos.
Todavía pasan sus días junto a su madre Tania, y los tres deslumbran a los cuidadores por el comportamiento particular que van desarrollando en la reserva.
Los especialistas que están a cargo explicaron que los felinos han pasado de sus primeros instantes, ciegos en el interior de la paridera y de sus pasos torpes conociendo el bosque; a trepar árboles, disfrutar del agua cada día y conocer el sabor de las que serán sus presas en un futuro no muy lejano cuando vivan, libres, en el gran Parque Iberá.