Se recuerda que está prohibido conducir luego de beber así como vender bebidas a menores de 18 años. La cartera recomienda no beber con el estómago vacío y mantenerse bien hidratados.
El Ministerio de Salud Pública elaboró una serie de indicaciones sobre el consumo prudente de bebidas con alcohol durante Navidad y Año Nuevo destinadas especialmente a jóvenes y adultos, y en particular, a quienes estén al volante, para cuidar la salud, evitar siniestros viales y proteger la vida.
Por medio de la Dirección de Emergencias Médicas (DEM), la cartera sanitaria recordó que la ley prohíbe la venta de bebidas alcohólicas a menores de 18 años y conducir después de beber. “El consumo excesivo de alcohol aumenta el riesgo de sufrir siniestros viales, accidentes domésticos y te expone a situaciones más graves, como un coma etílico o una muerte prematura”, ponderó el titular del área Nicolás Ivancovich.
Recomendó no beber con el estómago vacío y mantenerse bien hidratados; si un familiar o amigo bebe, recordarle que no maneje y si toma de más, acompañarlo en todo momento (llevarlo a un lugar tranquilo y ventilado; recostarlo de costado para que no se ahogue si vomita; aflojarle la ropa, abrigarlo, ofrecerle agua) y coordinar su regreso seguro. “El alcohol provoca un falso estado de seguridad y euforia, si tus hijos hacen la previa en tu casa, no les facilites alcohol y tampoco les prestes el auto, motívalos a cuidarse y a ponerse un límite”, remarcó Ivancovich.
Las bebidas con alcohol son sustancias psicoactivas que generan cambios en el ánimo, la memoria, el pensamiento, las sensaciones y la voluntad. Sus efectos dependen del grado de alcohol puro que contenga la bebida, si se ingirieron previamente alimentos o no y el contexto en el cuál se bebió. También intervienen en los efectos las características corporales del consumidor; la existencia de enfermedades y la eventual mezcla con otras bebidas alcohólicas y/o sustancias.
Los niños y las mujeres en búsqueda de embarazo, embarazadas o en período de lactancia no deben consumir alcohol. Tampoco las personas que por enfermedad o uso de medicamentos lo tienen contraindicado; los trabajadores que utilizan máquinas o herramientas, o corren riesgo de caída y aquellas personas que deben cuidar y atender niños, adultos mayores y enfermos.