La cifra de decesos corresponde desde el 1 de agosto del año pasado cuando se declaró la epidemia del virus.
La epidemia de ébola que se declaró el pasado 1 de agosto en el noreste de la República Democrática del Congo (RDC) alcanza ya los 829 casos y las 521 personas fallecidas, con una tasa de mortalidad del 63%. De momento, el brote sigue afectando a las provincias de Kivu del Norte, donde surgió el brote, e Ituri y, en concreto, en las últimas semanas está muy centrado en las zonas sanitarias de Katwa y Butembo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) se mostró este viernes convencida de poder acabar con la epidemia, algo que le llevará “varios meses”, y aseguró que se trata de un brote de “intensidad moderada” aunque con un riesgo “muy alto” de expansión nacional y regional, es decir, a los países fronterizos.
Las complicaciones derivadas de la presencia del ébola en un área donde operan decenas de grupos armados, como la existencia de zonas prohibidas para el acceso del personal sanitario, sigue siendo uno de los grandes desafíos a los que se enfrenta el dispositivo puesto en marcha para terminar con este brote. El Gobierno congoleño ha activado la fase tres de respuesta a la epidemia esta semana, según la OMS, para lo cual necesita unos 131 millones de euros que se destinarán sobre todo a frenar la transmisión en las dos provincias afectadas y prevenir su expansión a Uganda, Sudán del Sur y Ruanda.
Durante el pasado mes de enero la ratio de nuevos contagios se dobló, pasando de 20 a 40, una clara señal de que la epidemia sigue fuera de control. La directora de Save the Children en la RDC, Heather Kerr, atribuyó este incremento a la presencia de grupos armados, pero también a la persistencia de “desinformación” entre la población, que llega a interrumpir entierros seguros amenazando a los voluntarios de Cruz Roja para llevarse el cuerpo y practicar una inhumación tradicional.
Los intentos de contención del brote han llevado a la OMS a extender sus esfuerzos a los países fronterizos, poniendo en marcha campañas de vacunación en Uganda, Sudán del Sur y Ruanda, centradas sobre todo en los trabajadores sanitarios y personal que realiza los controles en los puestos fronterizos. Sin embargo, la OMS ha rechazado hasta ahora calificar esta epidemia como emergencia internacional de salud pública al considerar que el riesgo de que se extienda más allá de esta región de África es bajo.
Esta semana, un equipo de expertos internacionales hizo un llamamiento a la OMS para que reconsiderara su decisión, teniendo en cuenta que se trata el segundo peor brote de la historia, el más grave en la RDC, y que “no muestra signos de disminuir”, según dijo el doctor Eccleston-Turner, de la Universidad de Keele y miembro de este grupo. A su juicio, una declaración de emergencia global sería una llamada de atención a la comunidad internacional antes de que se extienda a las naciones fronterizas.
La misión de Naciones Unidas en la RDC ha recordado que, además del ébola, este país sufre en la actualidad otras dos graves epidemias, una de sarampión, con 7.175 casos solo en enero, de los que 137 han fallecido (el 80% menores de cinco años), y otra de cólera, con 1.936 afectados desde comienzos de año.
Fuente y foto: El País