La Justicia brasileña condenó este miércoles al ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva a 12 años y 11 meses de cárcel en otro caso por delitos de corrupción y lavado de dinero, informaron fuentes judiciales.
Lula fue condenado por supuestamente recibir más de 1 millón de reales (unos 270.000 dólares) en propinas referentes a las reformas de un inmueble en Atibaia que está en nombre de Fernando Bittar, hijo del amigo de Lula y ex alcalde de Campinas, Jacó Bittar. Según la sentencia, las obras fueron financiadas por las contratistas OAS, Odebrecht y Schahin.
No obstante, según la Justicia, pese a no ser el propietario de la casa de campo, Lula se benefició ilegalmente de las reformas en la misma por parte de empresas que fueron favorecidas en su Gobierno con contratos amañados con la petrolera estatal Petrobras.
«El condenado recibió una ventaja por ocupar el cargo de Presidente de la República, de quien se exige un comportamiento ejemplar como el mayor mandatario», escribió la jueza Gabriela Hardt, reemplazante de Sergio Moro, al considerar que la culpabilidad de Lula era elevada.
Además de Lula, la jueza Hardt condenó a algunos empresarios, entre ellos al ex presidente de OAS José Adelmario Pinheiro Neto (1 año y 7 meses de prisión); a Emilio Odebrecht, patriarca del grupo Odebrecht (3 años y 3 meses de cárcel), y a su hijoMarcelo Odebrecht (5 años y 4 meses de detención).
Esta es la segunda condena que recibe Lula (2003-2010) por la causa conocida como Lava Jato; el año pasado fue enviado a prisión después de que la Justicia diera por comprobado que recibió un triplex en Guarujá, Sao Paulo, a cambio de sobornos.
Por su parte, Gleisi Hoffman, presidente del Partido de los Trabajadores (PT) denunció que»la persecución contra Lula no para», en momentos en los que, según la propia diputada federal, el ex mandatario podría recibir un Premio Nobel de la Paz.
A fines del mes de enero, Lula da Silva cumplió 300 días en prisión, fecha que coincide con el término del plazo para las nominaciones de posibles aspirantes al Nobel de la Paz, para el que el Partido de los Trabajadores (PT) protagonizó una intensa campaña en su favor.
A lo largo de diez meses, el ex líder sindical recibió centenares de visitas, entre ellas el ex presidente uruguayo José «Pepe» Mujica, el eurodiputado italiano Roberto Gualtieri y el ex mandatario del Partido Social Demócrata alemán Martin Schulz.