Si el Parlamento británico rechaza el plan de noviembre, la extensión será solo hasta el 12 de abril. Los Veintisiete están dispuestos a un retraso aún mayor si el Reino Unido participa en las elecciones europeas.
Los 27 socios de la UE han logrado un acuerdo sobre la prórroga del Brexit. El pacto acepta retrasar la salida del Reino Unido de la UE, prevista para el 29 de marzo, durante casi dos meses (hasta el 22 de mayo), pero solo si el Parlamento británico aprueba los términos del acuerdo de salida de la UE. Si los diputados británicos rechazaran la próxima semana el acuerdo de salida de la UE una vez más, como parece probable, los Veintisiete ofrecerán una prórroga más larga, de momento de carácter indefinido. Pero Londres deberá confirmar su aceptación antes del 12 de abril y concretar el objetivo de esa prórroga. En ese caso, Reino Unido debería participar inexorablemente en las elecciones al Parlamento Europeo, que se celebrarán entre el 23 y el 26 de mayo.
Inmediatamente después de la cumbre, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, trasladó la oferta a la primera ministra británica, Theresa May, que había esperado pacientemente en otra sala del edificio del Consejo Europeo. May aceptó la doble oferta a sabiendas de que tiene muy difícil lograr la aprobación del acuerdo de salida la próxima semana, como le exige la UE, y que la segunda opción supondría con toda probabilidad el final de su trayectoria política.
Tusk se dio por satisfecho con el resultado y aseguró que «no es la solución definitiva pero facilita la vida para ambas partes». Y tras una larga y tensa jornada de negociación, el polaco remató la rueda de prensa posterior de la cumbre con una nueva broma sobre ese lugar especial del infierno que, según él, debería reservarse a los partidarios del Brexit por no haber previsto cómo salir de la UE: «según el Papa el infierno está vacío, así que hay espacio para mucha gente»
La doble oferta, cuya inspiración parece venir del presidente francés, Emmanuel Macron, redobla la presión sobre May y el Parlamento británico para que despejen de una vez por todas la fórmula de salida. Pero también eleva el riesgo de un Brexit brutal a mediados de abril si Westminster se empecina en su negativa a ratificar el acuerdo de salida.
La imaginativa fórmula logra el objetivo de acorralar a May y forzar una decisión de Londres en un plazo mucho más breve de lo previsto, sin explicitar una injerencia en la politica interna británica. El peso de la dramática decisión de elegir entre una prórroga larga o un Brexit brutal y caótico recae de pleno en Londres. Y hasta el plazo para que decida, procede de su propia legislación, porque el 12 de abril es la fecha límite, según la normativa británica, para convocar las elecciones al Parlamento Europeo.
El resultado de la cumbre, de hecho, no recoge las demandas de la primera ministra británica. May llegó a la cumbre europea con su petición de una prórroga del Brexit de tres meses (hasta el 30 de junio) y con la vaga promesa de que someterá por tercera vez a votación el acuerdo en el Parlamento británico y logrará dar la vuelta a los resultados negativos de los anteriores intentos, de proporciones históricas.
Durante hora y media, May fue acribillada a preguntas por parte de los 27 presidentes de Gobierno de la UE, cuya exasperación y hastío resulta cada vez más visible. “Ya no buscamos una puerta de salida, sino una salida de emergencia”, retrató la situación el primer ministro de Luxemburgo, Xavier Bettel, minutos antes de empezar la reunión.
Las respuestas imprecisas de la inquilina del 10 de Downing Street y la ausencia de garantías sobre sus posibilidades de tener éxito en Westminster no han hecho más que agravar la desconfianza y el resquemor de los líderes europeos, según relataron después fuentes diplomáticas.
May no se ha comprometido a lograr un acuerdo con la oposición laborista para aprobar la salida de la UE, una sugerencia que se le repite en Bruselas desde hace meses. Y tampoco ha sabido despejar las dudas de los miembros del Consejo Europeo sobre los pasos que seguirá si, como parece probable, el Parlamento británico rechaza la semana que viene por tercera vez el pacto.
La sensación de estar negociando con una primera ministra grogui e incapaz de encontrar una salida viable ha endurecido las posiciones de la mayoría de las delegaciones, que con Francia al frente se inclinan por dar un ultimátum a May para que zanje el Brexit o se enfrente al dilema de una salida sin acuerdo o una prórroga indefinida. Las opciones, según fuentes diplomáticas, se resumían anoche en una prórroga corta con May o una larga sin ella. […]
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