Desde, a las 21, en Casa de las Culturas (Marcelo T. de Alvear y Mitre), el Ballet Contemporáneo del Chaco abrirá su temporada. En el marco de las celebraciones por su 10° aniversario como cuerpo artístico dependiente del Instituto de Cultura, el elenco comenzará su año de actuaciones estrenando dos obras. Las entradas costarán $80.
En la primera parte, el Ballet presentará Glitch, de Javier Vrashka; en la segunda parte, será el turno de Casco, de Pablo Ferro. Cabe destacar que los creadores de ambas piezas son bailarines del BCC. “Estos jóvenes están teniendo la oportunidad de mostrar y expresar sus inquietudes coreográficas”, expresó la directora del elenco, Mariela Alarcón en comunicación con Cristina Matta por Radio Universidad 91.1 Mhz.
“El Ballet Contemporáneo del Chaco fue fundado en 2009. Estos diez años han sido significativos e intensos, ha sido un recorrido. De los bailarines que abrirán la temporada, la mitad son integrantes originales del cuerpo artístico y el resto son miembros de una nueva camada, por lo que tenemos un cruce muy interesante de experiencia y juventud”, manifestó.
“Desde su creación, relevantes maestros y coreógrafos locales y del resto del país nutren el repertorio coreográfico del BCC, lo que permite consolidar intérpretes veraces que se adaptan a las necesidades culturales, fortaleciendo asimismo los vínculos con la comunidad”, valoró la directora.
“Para festejar nuestro aniversario, durante 2019 se sucederán más estrenos y se repondrán asimismo obras coreográficas clásicas del repertorio del cuerpo artístico en distintos escenarios de Resistencia y el interior provincial”, agregó.
Actualmente el elenco está integrado por los bailarines: Giselle Bogado, Rocío Barreto Mercado, Lourdes Orellanoz, Celeste Reinoso, Irina Pallandella, Daiana Soto, Eliana Jara, María Cristaldo Correa, Javier Vraskha, Gastón Tehant, Martín Candia, Federico Fernández, y Pablo Ferro.
ESTRENOS
Las piezas comenzaron a ser trabajadas a fines del año pasado. “La intención fue promover las aspiraciones de estos jóvenes y noveles coreógrafos y bailarines, que han encontrado un equipo de contención que les permitió llevar sus iniciativas adelante”, describió Alarcón.
“Desde el Ballet venimos impulsando esta forma de trabajo, llevada a escena anteriormente en obras como Pueblo Chico o la puesta de Carmina Burana. Entendemos que los bailarines del elenco son profesionales que a menudo vienen coreografiando en estudios privados, y queremos que tengan a disposición este espacio para desarrollarse en todas sus facetas”, agregó.
“Hay una armonía trabajada con los años en el equipo. Buscamos que el repertorio tenga riqueza y diversidad, a través de las capacitaciones y el aporte de distintos coreógrafos”, sostuvo la directora.
LAS PIEZAS
Glitch, de Javier Vrashka. Un Glitch en el ámbito de la informática, no se considera totalmente como un error de software, sino más bien como una característica no prevista que afecta negativamente al rendimiento o estabilidad de un programa. La cotidianidad humana está plagada de glitches, causando en general desórdenes personales. En cambio sí se desarrollaran facetas espirituales, las personas serían conscientes de que esas características no previstas en la vida enseñan.
Casco, de Pablo Ferro. Ante el mecánico devenir de la rutina cotidiana, el cuerpo emite alertas. Sensaciones movilizadoras con el objeto de despertar. La obra pretende sumergir al espectador en una atmósfera donde la lógica no es racional, sino un paisaje onírico donde predomina la liberación de lo escondido y reprimido. La obra busca representar la consecuencia de pertenecer a un mismo grupo, congregación, masa, camarilla con un fin común, y dejarse llevar por lo que suceda, sea o no, bajo el poder de la voluntad.
