En la Argentina la presión impositiva supera el 30% del producto bruto interno, se encuentra más de siete puntos por encima del promedio de América Latina y el Caribe y se ubica entre las más altas de la región, junto con Brasil y Uruguay. Así resulta del último informe de Estadísticas Tributarias en América Latina y el Caribe, elaborado por OCDE, CIAT, BID y la Cepal.
El estudio arroja que el pago de impuestos en el país alcanza a una proporción de 30% del PBI, el promedio de los países desarrollados reunidos en la OCDE es de 34% (aunque, claro está, la calidad de los servicios que brinda el Estado en la Argentina se encuentran bastante lejos de los que reciben los ciudadanos de estas naciones).
El país con mayor carga de tributos es Cuba, con una presión impositiva superior a 40% del PBI, pero se trata de un caso especial por las características de su economía. Pero en la región Argentina (30,3%) se ubica en la cuarta posición detrás de Brasil (32,3%), Barbados (31,8), Uruguay (30,9). En tanto, los tres países que menos pagan impuestos en la región en términos del PBI son Guatemala (12,4%), Paraguay (13,8%) y Republica Dominicana (13,9%).
En promedio, los tributos en la región alcanzan el 23% del PBI, es decir 11 puntos por debajo del promedio de los países desarrollados. De todas formas, el estudio advierte que la presión impositiva ha ido aumentando en Latinoamérica, ya que en 1990 eran 16 puntos los que separaban a la región del promedio de la OCDE.
En cuanto a los países desarrollados, Islandia, Dinamarca, Francia, Bélgica, Suecia y Finlandia son naciones que aplican las mayores tasas impositivas, pero también se encuentran entre los más competitivos del mundo. De ahí que los expertos consideren que no sólo debe analizarse la presión tributaria global, sino también qué tipo de impuestos aplican los países y cómo gastan estos recursos los Estados.
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