Tras el atentado, Sri Lanka prohíbe los velos que cubren por completo el rostro

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Se trata de una orden presidencial que entra en vigor hoy por motivos de seguridad y para facilitar la identificación.

Las autoridades de Sri Lanka han prohibido que las mujeres lleven velos que les cubran el rostro tras los atentados del Domingo de Resurrección que dejaron 253 muertos y de los que se acusa a organizaciones islamistas locales.

«El presidente ha prohibido todo tipo de coberturas faciales que dificulten la identificación, lo que representa una amenaza nacional y pública», informó la Oficina del presidente de Sri Lanka, Maithripala Sirisena, en una notificación «urgente» que entra en vigor este lunes. A partir de ahora, el rostro «deberá exponerse claramente», añade el comunicado que precisa que la orden presidencial se ha implementado en el marco del estado de emergencia que rige en el país desde los ataques cometidos por al menos nueve suicidas.

La comunicación no hace excepción a prendas como el burka o el nicab, el velo usado por algunas mujeres de las comunidades musulmanas. Por su parte, el primer ministro Ranil Wickremesinghe, enfrentado con Sirisena, emitió un comunicado en el que decía que había pedido al ministerio de Justicia que redactara una norma específica para prohibir el burka.

En los últimos días, las fuerzas de seguridad han practicado una serie de redadas en varios barrios en los que predomina la población musulmana, tras la pista de los responsables de los ataques a tres hoteles de lujo y tres iglesias.

Mientras, entre la comunidad musulmana aumenta la preocupación a que esta prohibición encienda las tensiones religiosas en una nación de múltiples confesiones que nació de una guerra civil contra los separatistas tamiles hace sólo una década. La principal asociación de clérigos musulmanes del país (All Ceylon Jamiyyathul Ulama) dijo que apoyaba una prohibición limitada en el tiempo y por motivos de seguridad nacional pero aseguró estar en contra de cualquier intento de legislar contra el burka. «Si se convierte en una ley, tendrá un mal impacto…estamos hablando de un derecho religioso», afirmó el gestor de esta asociación, Farhan Faris.

La Policía confirmó que los suicidas detrás de los atentados del pasado 21 de abril tenían intención de llevar a cabo más atentados, utilizando una camioneta y atacantes vestidos con uniformes militares. Así mismo, la policía informó de que entre los casi 150 detenidos se encuentra la esposa y la hija de Mohamed Zahran, el presunto organizador de los ataques. Los familiares del hombre sobrevivieron a la explosión de un suicida que se inmoló durante una redada de las fuerzas de seguridad a una de las casas seguras de los terroristas.

En la última semana los musulmanes han expresado su temor a las represalias tras los ataques, y el ministro de Asuntos Religiosos Musulmanes, Abdul Haleem Mohamed Hashim, pidió el pasado jueves a estos no acudir a las plegarias colectivas del viernes. La minoría musulmana de Sri Lanka, un 9,7 % de la población, en el pasado ya ha sido víctimas de ataques.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Fuente: El Mundo