El correntino Gustavo Valdes fue uno de los gobernadores que se sentó a comer con Macri durante la jornada de ayer. Semanas atrás había cuestionado a uno de los organismos más importantes de la gestión, el INDEC, por ubicar a Corrientes en el primer lugar de la tabla de pobreza. Pero ahora quiere que la misma dependencia releve y controle los precios.
Resulta al menos llamativa la actitud del mandatario provincial, quien al parecer tiene una visión bastante amplia del organismo estadístico nacional.
Primero habló de crear un INDEC paralelo y correntino, en el que se creen otros valores de pobreza que no le molesten a la gestión. Esos valores significaron una estocada certera al Gobierno.
Casi al mismo tiempo, y en el marco de una crisis económica que golpea a todo el país, Valdés integró el grupo de radicales que se reunió con Macri y funcionarios de su Gabinete para buscar una salida a la suba de precios.
La paradoja es que la salida a esa inflación, o el control de la misma, recaería en el INDEC. Un INDEC que, a los ojos de Valdés, es efectivo o necesario solo cuando le conviene.
