Volodímir Zelenski, se impuso en los sufragios del domingo en el país geoestratégico para occidente, hizo fortuna con su productora.
Sus amigos siempre dicen que no hay un Volodímir Zelenski, sino muchos. Todos aquellos a los que el actor ha dado vida en la ficción. Ucrania le identifica con uno, Vasil Holoborodko, el honrado maestro de historia de una escuela secundaria que, después de que uno de sus discursos en clase despotricando contra la corrupción se hiciese viral, da la campanada y gana las elecciones para presidir el país. Pero Zelenski, de 41 años, ha dado esa campanada en la vida real. Y, con un gigantesco e inédito apoyo en las urnas, se convertirá en el sexto presidente de Ucrania. Y lo hará con un guion todavía por escribir y en un país que se enfrenta a desafíos mayúsculos.
Zelenski nació en Krivyi Rih, una ciudad sudoriental del cinturón metalúrgico en la región de Dnipro, en una familia judía. Allí, saliendo de la adolescencia fundó con unos amigos un grupo de teatro. Y lo llamó Kvartal 95, como el distrito donde creció, en un enorme bloque de pisos bautizado como “el hormiguero”. Aquel grupo creció, se hizo famoso y se convirtió en una exitosa productora de entretenimiento. Con ella ha construido una fortuna. Otro personaje más en su registro: el de millonario hecho a sí mismo.
Hoy, el carismático comediante sigue rodeado de muchos de esos amigos de la infancia que han formado el núcleo duro de su partido Servidor del Pueblo, al que también bautizó como la serie de televisión que le ha encumbrado y que millones de personas pueden ver en Netflix. “Siempre tuvo un talento natural para el escenario, la televisión y ahora la política. Lo lleva dentro”, comentaba una de sus colaboradoras el domingo en su cuartel general en Kiev, un local más parecido a una start-up de Silicon Valley que a una sede electoral.
Con sus mesas de ping-pong, juegos de mesa y hasta un foto-call, el equipo de Zelenski —o Ze, como le llaman— proporcionó horas de gloria en Instagram, donde el actor cuenta con tres millones de seguidores. Las redes han sido un elemento central en su campaña. Y con las redes y ese tono de show televisivo, similar a sus entretenidos espectáculos, ha logrado captar al electorado.
Zelenski, que pasó durante su infancia un par de años en Mongolia, donde destinaron a su familia por trabajo, habla mejor ruso que ucranio. Y eso no le ha costado votos, pese a que su rival, Petro Poroshenko intentó hacer de ello una desventaja. El actor ha arrasado en todo el Este, pero ha obtenido una holgada mayoría en la totalidad del país. Poroshenko solo ganó en la nacionalista Lviv.
Poco se sabe de sus modelos políticos. El actor ha mencionado en alguna ocasión al presidente francés, Emmanuel Macron, como su modelo. Pero también al populista ultraconservador líder brasileño Jair Bolsonaro. Con el mandatario francés, dijo, tiene “una mentalidad común”. Y no fue casualidad que antes de las elecciones su equipo forjase una reunión en París con Macron. Algo que tranquilizó a muchos diplomáticos occidentales, que llevaban semanas rumiando sus dudas por la falta de datos del comediante, alérgico a las entrevistas y las comparecencias más serias […].
Fuente y foto: El País