De acuerdo a las estadísticas oficiales del INDEC, una familia necesita más de 29 mil pesos para no ser pobre. Teniendo en cuenta esa cifra, los trabajadores de la educación quedan muy atrás y viven una realidad sumamente complicada sin recibir soluciones del Gobierno provincial.
Sin dudas el sector docente es uno de los férreos opositores a la gestión de Gustavo Valdés, ya que perciben el segundo peor sueldo del país. Solo Santiago del Estero atraviesa un presente más crítico.
“Los docentes de Corrientes nos sumamos al paro nacional para exigir aumentos por arriba de la inflación; estabilidad laboral; inversión en infraestructura escolar; becas estudiantiles y asistencia alimentaria para el 75% de nuestros alumnos que están bajo de la línea de pobreza», expresaron recientemente desde Suteco, el sindicato que nuclea a los maestros en la provincia.
En ese sentido, cabe remarcar que ni siquiera los aumentos decididos por el gobernador alcanzaron para paliar la situación de los docentes que cada día son más pobres.
En los recibos de sueldo de un docente, es fácilmente comprobable que “metieron” el plus (5.500) y el “plusito” (1.500), para que -por ejemplo- un maestro con más de diez años de antigüedad perciba apenas $21.400 (veintiuno mil cuatrocientos pesos). Aún con el “aumento” otorgado, queda todavía $8.000 por debajo de la línea de pobreza.