El gobierno de Macri después de haber destruido los cimientos de la macroeconomía argentina pretende en la expiración de su mandato construir un acuerdo basado en 10 puntos laxos y difusos. Es una verdadera trampa cazabobos. Y algunos bobos han caído en la trampa.
Un acuerdo debe hacerse al inicio de un gobierno, no al final. Con la legitimidad de los votos, no en medio de la desesperación y la repulsa popular.
Lo mejor que puede ocurrir en este escenario es que el pueblo argentino se exprese en democracia en virtud de proyectos alternativos con candidatos que sean capaces de liderar los cambios que el país necesita. No cabe la menor duda que nuestro país necesita de un modo inexorable ponerse de acuerdo en el análisis de los problemas para ensayar soluciones racionales.
Tres reglas y tres políticas
Intentaré definir tres problemas, tres reglas y tres políticas. Los tres problemas principales de la República Argentina para garantizar equilibrio macroeconómico sustentable son los siguientes: restricción energética, restricción externa y restricción logística.
Para ello es necesario definir una matriz energética sustentable con metas de producción, una estrategia de aumento y diversificación de exportaciones y un modelo de inversión pública y privada que garantice una logística integrada para lograr competitividad sistémica.
Estas estrategias tendientes a superar tales restricciones requieren al mismo tiempo una regla fiscal que tienda al equilibrio, una regla monetaria que tienda a la estabilidad y una regla cambiaria que tienda a la competitividad. Sin equilibrio fiscal, estabilidad monetaria y competitividad externa no será posible superar las restricciones históricas y estructurales que acarreamos como país.
Estas restricciones, y estas reglas deben contener tres políticas: política industrial para generar valor agregado, política de empleo para enfrentar nuevos escenarios de la cuarta revolución industrial en ciernes y una estrategia para el desarrollo de las economías regionales para garantizar un crecimiento armónico y equilibrado del país.
Estas reglas, estas políticas para superar estas restricciones implica un gran acuerdo fiscal, federal, económico, político, institucional y social no tan sólo para cumplir compromisos internacionales sino para generar confianza en el pueblo argentino en base a producción, empleo y mejor calidad de vida.