Ghana apuesta por los drones y se transforma en pionera en salud

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Ghana incorpora en su sistema público de salud un programa de vuelos teledirigidos que abastecerá de medicinas a 12 millones de personas, casi la mitad de la población.

En estos días de celebración, New Tafo está en el foco de todos los medios de comunicación nacionales y algunos internacionales porque en este hospital se muestra por primera vez la puesta en marcha de una nueva estrategia del Gobierno: la incorporación de drones al sistema público sanitario para realizar envíos de medicinas y sangre a todo el país. Por semejante novedad en Ghana, hoy es noticia Farida, la primera niña inmunizada con una vacuna enviada con un dron.

Este nuevo sistema coloca a Ghana, un país de 29 millones de habitantes situado en el Golfo de Guinea, como el primero del mundo en desplegar la mayor red de envío de medicamentos mediante vuelos teledirigidos, advierte el doctor Anthony Nsiah-Asare, director general del Servicio de Salud de Ghana. Así se expresa en una entrevista  durante un viaje de prensa organizado por la Alianza Global para la Vacunación e Inmunización (GAVI, por sus siglas en inglés). Desde ahora, se podrán entregar hasta 148 medicinas distintas, entre ellas 12 tipos de vacunas, así como sangre y derivados.»Es un sueño hecho realidad», afirma el mandatario. «Vamos a realizar envíos a cada rincón de Ghana, vamos a ahorrar dinero y a salvar vidas». Palabras que apoya el doctor Seth Berkley, CEO de Gavi. «Este es un desarrollo emocionante que garantizará que no dejemos a nadie atrás y nos ayudará a proteger a más niños que viven en áreas remotas contra enfermedades prevenibles por vacunación».

Los cuatro centros de abastecimiento operarán 24 horas al día, siete días a la semana. Cada uno de ellos está equipado con 30 drones que hará entregas a 2.000 hospitales y ambulatorios que atienden a 12 millones de personas, casi la mitad de la población del país. Según Zipline International Inc., la compañía de logística californiana que ha impulsado este sistema, los cuatro centros juntos pueden realizar hasta 600 vuelos de entrega por día y cada dron es capaz de transportar 1,8 kilos de peso con una autonomía de 160 kilómetros. Con esta infraestructura se cubrirá alrededor del 80% del territorio del país. La idea es que con los años se amplíe y se llegue a la cobertura total.

Esta red de aviones no tripulados se ha integrado en la cadena nacional de suministro de atención médica en Ghana y, además de ayudar a prevenir el desabastecimiento de vacunas en los centros de salud, ahorrará costes en el transporte porque solo hace falta electricidad para cargar las baterías de los drones. Por otra parte, los envíos se realizarán por encargo, es decir, únicamente cuando se necesiten medicamentos, con lo cual se evitará que las medicinas caduquen en los hospitales.

Su aplicación más anhelada, no obstante, es en urgencias. Dos días antes del lanzamiento oficial de esta estrategia, en el hospital de New Tafo ya se salvó la vida de Charles Coffie, un hombre de 44 años que ingresó tras sufrir un accidente de motocicleta. Hubo que entrar a quirófano y en 20 minutos los médicos tuvieron a su disposición dos bolsas de sangre que fueron transfundidas inmediatamente al paciente. Antídotos contra veneno de serpientes o antirrábicos son otras medicinas que suelen necesitarse de manera urgente y no siempre están disponibles. «Creo que este sistema nos va a ayudar a reducir la mortalidad materna, pues una de las cosas imprescindibles para conseguirlo es tener los productos y medicamentos necesarios en el momento necesario», afirma el doctor Kobna, director del hospital. «Hablo de sangre y derivados, así como medicamentos como el ácido tranexámico para detener hemorragias, por ejemplo, en mujeres que han dado a luz». Este médico afirma que hasta ahora los pedidos tardan como mínimo dos o tres horas en llegar. Más de 150.000 mujeres mueren por hemorragia al dar a luz cada año, el 99% de ellas en países en desarrollo, según la OMS […].

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Fuente y fotos: El País