Luego de una investigación de casi ocho meses, Gendarmería logró secuestrar un camión batea con gran cantidad de cocaína en la localidad de Campana. La droga valuada en casi 125 millones de pesos, había sido escondida en la localidad chaqueña de Taco Pozo y Monte Quemado, de Santiago del Estero, entre otras jurisdicciones.
Un camión Mercedes Benz que transportaba 272 kilos de cocaína, fue interceptado en las últimas horas por Gendarmería Nacional en la localidad bonaerense de Campana, tras ocho meses de investigación.
El rodado que pertenecía a esta organización, salió de Entre Ríos a fines de abril y luego realizó paradas en Colonia Dora (Santiago del Estero), Rosario de la Frontera y Pocitos (Salta).
De acuerdo a las pesquisas, los narcos mantuvieron el camión escondido en un galpón y luego se trasladó a la localidad de Taco Pozo (Chaco) y Monte Quemado (Santiago del Estero), con destino a José C. Paz, en el noroeste del conurbano.
Se trata de una banda que traería la cocaína desde Bolivia a la Argentina, mediante la utilización de avionetas ilegales para trasponer el límite fronterizo y luego depositarla en alguna zona rural de Salta o Santiago del Estero, para finalmente ser transportada en vehículos de gran porte.
Los gendarmes, que seguían de forma encubierta al vehículo, lo interceptaron algunos kilómetros antes, en Campana, donde tras inspeccionarlo notaron anomalías en la batea y en colaboración con personal de Aduana de la terminal de Zárate utilizaron un escáner para realizar un control minucioso.
El escaneo arrojó que el mismo poseía un compartimiento oculto, presuntamente acondicionado para el traslado de estupefacientes. Entonces los gendarmes tuvieron que realizar un corte en la parte superior de la pared delantera de la batea y una vez abierto el habitáculo, hallaron 258 envoltorios con 272 kilos de cocaína.
Por orden del juez federal 1 de Salta, Julio Bavio, el chofer quedó detenido en Campana y pocas horas después fueron apresados los dos narcos organizadores de la maniobra, cuando iban en una camioneta a la altura de la ciudad correntina de Paso de la Patria. El magistrado además ordenó el secuestro de la droga y varias órdenes de captura más a pedido del fiscal Eduardo Villalba. En este sentido, se analizan el teléfono celular secuestrado y toda la información recolectada durante los últimos meses, especialmente durante el largo trayecto del camión.
“En las presentes actuaciones se investiga el tráfico internacional de estupefacientes desde el Estado Plurinacional de Bolivia hacia nuestro país, mediante vuelos que aterrizan o bombardean la droga en las zonas rurales de la provincia de Salta o en el norte de la provincia de Santiago del Estero”, explicó el fiscal federal de Salta, Eduardo Villalba, el jueves, al solicitarle al juez Bavio 14 allanamientos y media docena de detenciones, de las cuales se concretaron tres.
Investigación
Las actividades de esta banda delictiva (que con solo mover la droga de Salta a Buenos Aires cuadriplicaba el precio de la cocaína) fueron detectadas en octubre de 2018 y en marzo de 2019 se determinó que el transporte se realizaba en un camión Mercedes-Benz.
Fue así que comenzó el seguimiento de ese camión desde el 25 de abril hasta este jueves. La hipótesis de la lluvia de cocaína, uno de los métodos preferidos de los narcos que operan en el NOA, quedó una vez más confirmada cuando los gendarmes sacaron la carga de la batea del camión y parte de los ladrillos estaban mojados.
Esto ocurre porque desde las avionetas que parten de los pueblos de frontera en Bolivia se arrojan los paquetes con coordenadas aproximadas, en zonas de monte espeso y luego son recolectados por los narcos.
La cocaína que se adquiere en Bolivia puede llegar a costar mil dólares el kilo. Sin embargo, mientras avanza en territorio argentino, el producto se encarece. Superar distintos puestos de control de las fuerzas de seguridad aumenta el precio de cada “ladrillo”, que generalmente pesa entre 900 y 1.100 gramos.
El cargamento de 272 kilos de cocaína secuestrados en la localidad bonaerense de Campana tenía como destino esa provincia. En este sentido, fuentes vinculadas con la fuerza de seguridad indicaron que el valor de la carga ilegal ascendería a más de 125 millones de pesos.
No obstante, esta cifra podría duplicarse o triplicarse. Los narcos “cortan” el estupefaciente con otros productos y aumentan el peso para venderla a los proveedores y luego a “dealers” que se encargan de la comercialización al menudeo.
