El intendente de Capital, Eduardo Tassano, volvió a brindar declaraciones proselitistas en los medios en plena campaña. Esta vez estuvo en Club Social, donde pintó una realidad lejana a la que los vecinos viven cotidianamente.
Al referirse a las obras públicas, un tema esencial para el desarrollo ciudadano, dijo que “se sigue adelante con los trabajos en materia de obra. Quiero decirle a los vecinos que queden tranquilos, que ningún espacio se privatizará”. Con eso quiso llevar tranquilidad a los votantes en relación al Plan Costero, pero verdaderamente a la gente le hacen falta muchas otras cosas más relevantes.
Como ejemplos fundamentales debemos mencionar la caída de las dos obras más importantes y significativas que necesitaban los vecinos: el Plan Hídrico y el segundo puente Chaco-Corrientes. Pero Tassano sostiene que la provincia tiene la mayor cantidad de infraestructura.
“Hay inversores privados que están apostando al desarrollo de la provincia y la ciudad, y que esto traerá trabajo y futuro para nuestros jóvenes, para que se puedan quedar en su provincia y no verse en la obligación de migrar a otra provincia por la situación económica”, afirmó el intendente. Pero aparentemente no tomó conocimiento de la necesidad desesperante que tiene la juventud para encontrar trabajo: algunos cruzan a Resistencia, otros trabajan a destajo horas interminables y una gran cantidad deambula con sus curriculum en mano sin hallar un puesto laboral.
Tal vez Tassano atribuye dicha realidad a la colocación de ripio, lo único que se pudo llevar a cabo en algunas zonas, y que con suerte dura unos seis meses o menos. Lo que no se puede negar es lo que visualizan los vecinos día a día: cero mantenimiento público urbano, faltantes y escasez de insumos en los centros de asistencia de la salud, una creciente cantidad de fotomultas para recaudación, vecinos a su suerte durante los días de lluvia y un índice de pobreza que ni Valdés ni Tassano pueden seguir ocultando ni manipulando.
