Pedirán su prisión preventiva, debido a que existen suficientes pruebas para imputarlo.
El médico pediatra del Hospital Garrahan Ricardo Russo, acusado de tenencia y distribución de pornografía infantil y vinculaciones con una red internacional, se negó a declarar hoy ante la fiscalía, por lo que el Ministerio Público pedirá su prisión preventiva ya que «existe suficiente prueba en su contra», dijo la fiscal Daniela Dupuy.
«Estamos frente a la hipótesis de una eventual producción, distribución y tenencia de imágenes de menores para su explotación sexual, tenemos la suficiente prueba para imputar al detenido que se negó hoy a declarar y pediremos mañana a la juez su prisión preventiva», dijo la fiscal al canal de noticias TN.
Precisó que la «investigación es incipiente pero se encontraron mucho más de cien videos en la computadora del detenido» y añadió que «seguimos investigando y no sabemos aún si habrá mas detenciones».
Detalló que «se trata de una red trasnacional que se dedicaba a distribuir pornografía a través de la plataforma E Mule y esto ya está tipificado como delito en el artículo 128 del Código Penal» y añadió: «no sabemos aún si la producía o lo hacía un tercero».
Russo, de 55 años, era jefe del servicio de inmunología y reumatología infantil del Hospital Juan Garrahan y fue detenido ayer en la playa de estacionamiento de ese centro asistencial tras mas de 40 allanamientos, siete de ellos en la Ciudad de Buenos Aires, vinculados con la investigación.
En los allanamientos se encontraron videos y fotografías que lo involucran directamente con una red internacional de producción y distribución de pornografía infantil, que operaba en la llamada «deep web» con usuarios en Brasil y en los Estados Unidos, informó el Ministerio de Seguridad porteño.
Las pruebas encontradas tienen que ver con menores de entre 6 meses y 14 años y en muchas de las imágenes «se veían camillas y participaba el mismo médico detenido de la producción del material», detalló el secretario de Seguridad porteño Marcelo D’ Alessandro.
La detención del médico fue pedida por la Fiscalía Especializada en Delitos Informáticos de la Ciudad, a cargo de la fiscal Dupuy y por la jueza en lo Penal, Contravencional y de Faltas 24 María Alejandra Doti.
Al momento de la detención «se secuestraron un teléfono celular, el cual era de su uso personal, y un pendrive que serán periciados», detalló la Policía.
Carlos Rojas, jefe de ciberdelitos de la policía de la Ciudad, aseguró que de acuerdo con el análisis de los pendrives secuestrados «se pudo determinar que reproducían imágenes en donde había chicos siendo abusados o expuestos con desnudez».
«Entendemos que hay otros lugares en la Argentina como parte de esta red. La investigación recabó los elementos suficientes de esta persona y se detuvo a este médico», dijo al canal de noticias TN.
Para Rojas «este tipo de investigaciones son muy complicadas ya que estas personas tratan de enmascararse en la web a través de los IP, lo que les facilita a estos individuos mantenerse en forma anónima».
Explicó que las plataformas E-mule «permite conectarse punto a punto, desde donde se sube el programa a otro usuario que puede estar en otra parte del mundo, en este caso la imagen producida en la Argentina , el usuario estaba en Brasil».
El caso se originó en el marco de una operación intagrega declaraciones de la fiscal ernacional denominada «Luz de Infancia III» llevada a cabo por las autoridades de Homeland Security de los Estados Unidos (FBI) y del Ministerio Público de la Acusación de Brasil.
Esta investigación derivó en ramificaciones que había en la Argentina por lo que comenzó a actuar la fiscalía especializada «que realizó allanamientos en todo el país, siete de éstos en la Ciudad de Buenos Aires», destacó D’ Alessandro.
«A través de un canal de denuncias que tiene la fiscalía general de la ciudad se recibe una denuncia clave, se producen allanamientos donde se secuestran computadoras y pendrives donde se encuentran pruebas contundentes, los chicos siendo abusados», aseguró D’ Alessandro.
Agregó que se detectaron «diferentes direcciones IP y todas terminan en la dirección de la computadora secuestrada al médico. Son investigaciones muy serias, es un delito de gravedad tremenda por lo que hay pruebas suficientes para imputar al médico».