La familia de Sebastián, quien falleció en en enero tras sufrir torturas en Barranqueras, pidió una nueva pericia que se concretó en las últimas horas. La misma arrojó resultados que podrían complicar la situación de algunos efectivos de la fuerza de seguridad provincial.
En representación de los familiares del joven estuvo la perito médica Virginia Creimer, y la profesional brindó declaraciones sobre los estudios más recientes.
En ese sentido, Creimer dijo que “en forma conjunta con el Instituto de Ciencias Médicas, encontramos lesiones que son características del accionar policial, lesiones que no pueden haber sido producidas por individuo común y mucho menos en 20 minutos y por un solo individuo, no existe la posibilidad de que una persona sufra la cantidad de lesiones –en cráneo, tórax, abdomen, espalda y pies- de la mano de una sola persona ni de un individuo común”.
Asimismo, informó que los resultados pasaron por el “protocolo de Minnesota, el cual señala específicamente cuáles son los pasos a seguir en las muertes en custodia –personas presas, en hospitales, geriátricos, institutos de menores, etc-”, luego de realizar el protocolo, se determinó que “en el cuerpo de Sebastián había lesiones que pasaron desapercibidas en la primera autopsia, como las que tenía en las muñecas que son específicas del uso de aprensión, es decir de esposas para sostener a una persona. Pero mas allá de eso, uno de los datos característicos dentro de las fuerzas de seguridad es el pata pata, una tortura en la que se vuelca a la víctima, se la descalza y se golpea la planta de los pies con distintos tipos de palos para producirle un enorme sufrimiento”.
“Las lesiones que tenía Sebastián no son producidos por otros personajes que no sean las fuerzas de seguridad”, afirmó la perito.
Creimer confirmó que “las lesiones fueron percibidas y registradas a través de nuestros peritos fotógrafos y el Instituto de Ciencias Médicas”.
