Opinión: «la boleta larga desnuda las inseguridades del coquismo»

Politica

Por Roberto Espinoza.

El jueves se conoció el fallo definitivo de la Cámara Nacional Electoral que determinó que la Lista Celeste y Blanca que lidera el gobernador Domingo Peppo no podrá llevar a la fórmula Alberto Fernández-Cristina Fernández en las PASO nacionales del 11 de agosto. Esto fue celebrado en las huestes Coquistas como si fuese un triunfo. Pero sin embargo, ésa situación deja entrever ciertas inseguridades del Frente 17 de Octubre.

El primero es una pregunta de cajón que marca el sentido común: ¿si un sector tuviera la certeza de un triunfo electoral insistiría a más no poder para que su adversario no compita en igualdad de condiciones? No hace falta ser un avezado polítólogo para darse cuenta que esa insistencia marca la falta de convicción de que el triunfo esté a la vuelta de la esquina.

Pero más allá de estos artilugios permitidos, que también fue empleado por el Frente Chaco Somos Todos al buscar con éxito que el sector de Sumamos que lidera Alicia Azula no lleve en su boleta a la fórmula Macri-Pichetto, vale repasar los argumentos esgrimidos desde el Coquismo para avalar su encendida militancia para que el jefe del PJ chaqueño (Peppo) no tenga en su boleta a la fórmula Fernández-Fernández.

En la película Experta en Crisis Sandra Bullock interpreta a Jane Bodine, una asesora política que representa a un candidato a presidente de Bolivia. Esta estratega electoral tiene una una frase de cabecera: «en la política toda verdad es relativa. Lo que importa es lo que se dice y cómo se dice». Esa frase elocuente de posverdad va más allá de cualquier ficción. Se aplica y mucho en cada campaña electoral. La que se desarrolla en el Chaco no es la excepción.

Repasemos los fundamentos del Coquismo para que Peppo no cuente con la boleta larga y nos encontraremos con varias verdades relativas, o si se quiere, mentiras maquilladas. A saber.

«Peppo votó todas las leyes que propuso el Macrismo»

Ese es uno de los elementos centrales que emplea el Coquismo para demostrar que los legisladores que responden a Peppo le votaron todas las leyes a Cambiemos. Ese argumento, como ya lo contamos en ediciones anteriores, fue derrumbado por un tal Alberto Fernández.

En declaraciones mediáticas el precandidato a presidente por el Frente Todos dijo al respecto: «hay que terminar con éste país unitario que tenemos, en el que el ejecutivo llama a los gobernadores para exigirles, y en el caso que no cumplan con esas exigencias, no le mandan plata».

Otra contradicción que se expone de parte del Coquismo está en el nombre propio de Sergio Massa, quien a través del Frente Renovador también «le votó todas las leyes a Macri». No solo eso. Massa acompañó al Presidente Macri en sus primeros días de gestión al Foro Económico de Davos. Massa además tildó varias veces a la gestión de Cristina como «un gobierno de ladrones». ¿Dónde está Massa hoy? Encabeza la lista de diputados del Frente Todos en la provincia de Buenos Aires.

«Peppo dijo que Cristina debe desistir de ser candidata a Presidenta para facilitar la unidad del PJ»

El mandatario chaqueño varias veces insistió con que la ex presidenta debía dar un paso al costado en su intencionalidad de ir nuevamente por el sillón de Rivadavia para superar de ese modo la dispersión de dirigentes en el PJ. Esto fue tomado por el Coquismo más radicalizado como un acto de traición, pese a que la lectura política de Peppo fue la que terminó empleando CFK, y muchos dirigentes y gobernadores no K se alinearon detrás de Alberto Fernández.

Justamente el precandidato presidencial ungido por Cristina fue un habitué cuestionador de la gestión de CFK. «El Peronismo desde la recuperación democrática a esta parte se caracterizó por los siguientes rasgos: Fue conservador con Italo Lúder, neoliberal con Carlos Menem, conservador popular con Eduardo Duhalde, progresista con Néstor Kirchner. ¿Y con Cristina? Fue patética, porque solo importaba la obediencia». Esa es una de las críticas vertidas por Alberto Fernández, que reafirma cada vez que lo consultan por esa definición.

Estas críticas que reconfirma Alberto en la actualidad, lejos de representar una connotación negativa para con la ex presidenta es algo que la termina enalteciendo. Es una manera implícita de un mea culpa sobre muchas cosas que se hicieron en sus dos mandatos presidenciales.

Mientras tanto el Coquismo insiste con que «Peppo es un traidor» cuando al lado de los cuestionamientos de Alberto Fernández o del mismo Sergio Massa el mandatario chaqueño quedó como un moderadísimo observador de la gestión de CFK.

Hablando de Massa, un hombre que se supo mostrar como un gran referente del Tigrense en Chaco, el intendente de Villa Berthet Atlanto Honcheruk, quien este fin de semana recibió a Jorge Capitanich en su pueblo, dijo varias veces que «el kirchnerismo ya fue y que CFK ya había cumplido una etapa».

«Lo importante es que Alberto Fernández sea el Presidente que reemplace a Macri»

Esta definición se repite todo el tiempo desde el sector Coquista. Planteando una lógica pragmática se impone un interrogante: ¿Si lo más importante es que Alberto Fernández sea el presidente, no sumaría que más sectores del Peronismo llevaran en su boleta la fórmula FF? Naturalmente. Pero la lógica en política muchas veces deja su lugar a las conveniencias coyunturales.

En esa línea, el legislador correntino del PJ Martín Barrionuevo sostuvo que pese al caos económico que está dejando el Macrismo, Macri todavía tiene serias chances de ser Presidente «porque hay cosas que se están haciendo mal en nuestro partido». Para Barrionuevo una de esas cosas es que «a un gobernador provincial como Domingo Peppo, que además es el presidente del PJ chaqueño, se lo deje con boleta corta es repetir los mismo errores que se cometieron en el 2015» y que posibilitó a Macri derrotar a Scioli.

Siempre se dice que la memoria es selectiva. El mecanismo que emplea en este sentido el Coquismo duro para ejercitar esa memoria es más bien oportunista: lo que me conviene lo tomo, lo que no lo desecho. Tal vez deberían emular el ejemplo de «su jefa» Cristina, quien no borró de su memoria las críticas que le propinaron Alberto y Massa, si no que en pos de un interés superior aceptó que el contexto político actual imponía candidatos con la autocrítica a flor de piel. La soberbia ya no garpa.