El jefe comunal acompañó la segunda peregrinación por el santo patrono para pedir paz, pan y trabajo para el pueblo chaqueño y toda la comunidad de Resistencia.
El intendente Jorge Capitanich acompañó este miércoles la Segunda Peregrinación de los Trabajadores Municipales y Vecinos en honor a San Cayetano.
“Invocamos a San Cayetano por pan, paz y trabajo cuya celebración es muy importante para todos los argentinos”, dijo el jefe comunal. En este sentido se remarcó que este es un evento extremadamente significativo porque genera “la esperanza en el pueblo ante la falta de trabajo y la necesidad de poder llevar todos los días un pan y el plato de comida a la mesa del hogar”.
En una masiva manifestación de fe, los vecinos y trabajadores municipales honraron al santo patrono del Pan y el Trabajo con una procesión que se inicio en la esquina de las avenidas 25 de Mayo y Hernandarias y culminó en la Capilla de San Cayetano, ubicada en el barrio homónimo, donde se realizó la misa en honor al Patrono del Pan y el Trabajo.
“Hemos propiciado esta iniciativa de la procesión de fe de San Cayetano para pedir Paz, Pan y Trabajo para el pueblo argentino, chaqueño y para toda la comunidad de Resistencia”, dijo el jefe comunal al llegar a la parroquia donde se oficio la misa.
Las celebraciones en honor a San Cayetano fueron declaradas de interés municipal por la comuna capitalina
“Este año celebramos el Día de San Cayetano en un contexto muy complicado para millones de argentinos que están sufriendo por la falta de trabajo o por el temor de perderlo”, dijo el padre Rafael Blanco.
SAN CAYETANO
Todos los 7 de agosto se celebra el Día de San Cayetano, el patrón al que los fieles le piden pan y trabajo. La vida de este santo se caracterizó por ayudar al prójimo, por su entrega a las personas más necesitadas y, sobre todo, se destacó por su manera austera de vivir, entregando todo lo que tenía.
El origen de esta celebración se remonta al 7 de agosto de 1547, el día de la muerte de San Cayetano. El presbítero italiano nació en el seno de una familia acomodada, pero desde joven supo que su objetivo era ayudar y servir a los demás.
A lo largo del tiempo se desprendió de todos sus bienes entregándoselo a los más pobres y no quiso ningún tipo de reconocimiento ni de honores, cuando miles y miles de personas lo estaban pasaban muy mal. San Cayetano fue un convencido de que la Iglesia debía servir a los más pobres y que el clero debía tenía como objetivo renovar el espíritu y la labor misionera de los sacerdotes.