El gobernador fue uno de los principales perdedores en las elecciones del domingo pasado. La fuerza que lidera, muy cercana al Gobierno de Macri, perdió en casi todo el territorio provincial y generó un cuadro de inestabilidad hacia el interior de ECO.
Como consecuencia de la derrota electoral, tanto el presidente como Gustavo Valdés decidieron llevar a cabo una serie de acciones para intentar contener un problema social que cada día parece más grave.
Los anuncios de Macri post elecciones demostraron que la gestión está en jaque, y además incluyen solamente a una parte de la sociedad. Lo mismo sucede a nivel provincial, ya que lo resuelto por el titular del Ejecutivo correntino dejará sin paliativos a un 40% de la ciudadanía que no recibirá ningún tipo de beneficios.
Entre los más afectados estarán los damnificados de siempre: los trabajadores de numerosos sectores, los desempleados y los más chicos, quienes ya sufren la crítica pobreza más alta del país.
Por si fuera poco, el gobernador ya envió a la policía a custodiar supermercados ante los fantasmas de posibles saqueos. La salida, una vez más, parece ser la intervención en el último eslabón de la cadena y no un trabajo previo para evitar estallidos límite.
El Ejecutivo provincial y Valdés pasan por un momento sumamente problemático. Tuvo que recurrir a una serie de aumentos que se debían aplicar más adelante, pero que se harán en dos tramos: el mes que viene y en octubre.
Además la inflación presiona y atemoriza a las familias, a lo que se suman los plus o aumentos que ni siquiera llegan a cubrir los valores de la canasta básica.