Corrientes: Soto Dávila declaró ante la Justicia

Corrientes

El ex juez federal sospechado de tener nexos con grupos narco prestó declaración ayer ante el magistrado Carlos Vallejos y autoridades del ministerio público. Dijo que su rol fue solo de instrumento y responsabilizó a su ex secretario Molina.

Habló ayer ante el magistrado Juan Carlos Vallejos y los representantes del ministerio público. “no fui más que un mero instrumento”, dijo.

El ex juez federal de Co­rrientes Carlos Soto Dávila responsabilizó al ex secre­tario de ese juzgado por rea­lizar escuchas telefónicas a su esposa, tras involucrar falsamente al ex novio de la mujer en una causa por narcotráfico, consignó ayer un despacho de la agencia Télam.

Soto Dávila apuntó al se­cretario Pablo Molina al ser indagado ayer a la mañana por el juez federal Nº 2 co­rrentino, Juan Carlos Valle­jos, quien lo investiga, junto a los fiscales federales Flavio Ferrini y Carlos Schaefer, por una serie de escuchas clandestinas.

 

Fuentes judiciales infor­maron que el ex magistrado se presentó a declarar junto a su abogada, Mariana Bar­bita, y que posteriormente Molina presentó un escrito. La causa se inició en marzo de este año, cuando los fis­cales hallaron discos com­pactos con escuchas tele­fónicas de una causa narco, traspapelados en el escrito­rio de Molina, quien por en­tonces permanecía detenido en Buenos Aires, procesado por brindar supuesta protec­ción judicial a contrabandis­tas de droga.

 

De acuerdo con lo corro­borado por el Ministerio Pú­blico, las escuchas comenza­ron en septiembre de 2014, a pedido de Molina y con autorización de Soto Dávila, y comprendían los números de un ex novio de la pare­ja de Molina así como de la mujer. Según las fuentes, Molina habría sospechado una infidelidad de su esposa.

 

El ex juez Soto Dávila de­claró ayer que “Molina vio­ló todos los principios de confianza y responsabilidad entre el funcionario y el ma­gistrado”, detalló una fuente con acceso a la causa.

 

“No fui más que un mero instrumento no punible por carecer de dolo, que permi­tió el perfeccionamiento del presunto delito de falsedad ideológica”, sostuvo Soto Dávila, quien planteó que “no había beneficio” de in­volucrarse en el ilícito dado que las personas que resul­taron víctimas de la manio­bra eran de exclusivo interés para Molina.

 

La acusación contra Soto Dávila y Molina fue realiza­da por el Ministerio Público Fiscal Federal y la Procu­ración Contra la Narcocri­minalidad (Procunar), que surge de una investigación desprendida de la causa del Operativo Sapucay, cuya fe­cha de inicio del juicio volvió a posponerse (ver nota late­ral), en la que se investigó a tres bandas de narcotráfico que operaban desde Itatí y que traficaban marihuana al menos a siete provincias argentinas.

 

En ese marco se descu­brieron supuestas manio­bras en el juzgado a cargo de Soto Dávila para el cobro de coimas a detenidos por cau­sas narco, a fin de liberarlos o mejorar su situación pro­cesal.

«Molina violó todos los principios de confianza y res­ponsabilidad entre el funcionario y el magistrado. No fui más que un mero instrumento no punible por carecer de dolo, que permitió el perfeccionamiento del presunto delito de falsedad ideológica”, sostuvo Soto Dávila, quien planteó que “no había beneficio” para él con esas escu­chas, sólo para Molina.