Hace unos días que La Plata está bajo una revolución maradoniana, esa que causa Diego Armando cada vez que pisa un lugar del planeta. El Diez fue anunciado el jueves pasado como nuevo entrenador de Gimnasia y este domingo hace su presentación de manera oficial al dirigir su primera práctica ante una multitud en el estadio Juan Carmelo Zerillo.
Pasadas las 13.50 de este domingo, Maradona apareció en el campo de juego. Atravesó la manga, tuvo su primer contacto con el público e, inmediatamente, se largó a llorar. Con un carrito de golf -debido a su imposibilidad de caminar con normalidad por una reciente cirugía de rodilla-, lo trasladaron hasta el círculo central, donde tomó el micrófono y pronunció sus primeras palabras como DT del «Tripero».
«Estoy un poco jodido de la rodilla, pero no me importó venir porque la gente me llamaba por teléfono y me decía: ¿es verdad lo de Gimnasia?», dijo Maradona, y rápidamente lanzó un dardo hacia Estudiantes: «A los de enfrente no les digo nada porque quiero ser respetuoso…como no lo son ellos».
«El Diez» también dirigió algunas palabras a sus críticos: «Yo no soy ningún mago, a mí me gusta trabajar. A mí me gusta ganarme la plata corriendo, como lo hice toda mi vida».
«Este grupo va a ser un ejemplo», aseguró. Luego, desafió: «No les quepa duda de que el domingo nos vamos a jugar la vida. Acá no se juega con ametralladoras ni con revólveres, acá se tira el centro atrás y la empuja el compañero que viene para que festejemos todos».
Diego también les dirigió un mensaje a los jugadores de Gimnasia, que lo acompañaron en el campo de juego: «Quiero pedirles encarecidamente a todos mis futbolistas que cuando yo los tire a la cancha se maten por toda esta gente, que traben con la cabeza si es posible».
«Acá se viene a entrenar y el que no entrena, no juega. El que venga, la va a tener dura con nosotros», recalcó un Maradona que se emocionó al mirar al cielo y recordar a sus padres. Además, fiel a su estilo, disparó contra la prensa.
«Acá estoy en mi casa», afirmó ante una multitud que no paraba de alentarlo y de cantar «El que no salta, es un inglés». Incluso, hubo un algún momento de desborde cuando algunos hinchas se metieron al campo de juego con la intención de abrazar al campeón del mundo en México 1986.
Luego de dar su discurso, Diego se acercó a los integrantes del plantel y, todos juntos, dieron la vuelta al campo de juego, tomando contacto con los hinchas que se ubicaron en cada una de las tribunas.
En un marco de fiesta se desarrolló el entrenamiento pautado para esta tarde. Mientras los futbolistas realizaban trabajos físicos, se sentó sobre una heladerita y charló con sus colaboradores.
La emoción fue una constante en la tarde platense y así lo expresó «El Diez»: «¿Cómo puedo explicar yo con palabras las sensaciones que a uno le pasan por el cuerpo? No lo puedo creer, se me apareció mi vieja y pensé en todos mis hijos, pensé que mi viejo me dejó un legado».
Y, sobre lo que viene para «EL Lobo», anticipó: «Mago no soy, la vamos a pelear con los pibes. Mañana nos vamos a reunir con el Gallego (Sebastián Méndez) y el martes vamos a saber ya cómo queremos jugar».
«Por supuesto que quería dirigir en Argentina, el tema era que (Joseph) Blatter y (Julio) Grondona apuraban a los presidentes para que no me contraten», denunció.
En ese sentido, agregó: «A mí después de la Selección me hicieron una cruz y lo sabían todos, en el 94′ con el señor Blatter me borraron, junto con Deluca y Grondona. Pero estoy acá, de pie, como quería la Tota. La Tota me decía no te mueras por esta porquería. Y no me morí por esta porquería».
Consultado sobre qué le diría hoy su padre, Don Diego, «El Diez» bromeó respecto de su estado de salud: «Caminá mejor, carajo».
Más tarde, en el Hotel Grand Brizo La Plata, se realizó la conferencia de prensa para la que -según informaron desde el club- pidieron acreditaciones más de 1200 periodistas, entre lo que se encontraban medios de China, Filipinas, Qatar y otros países que reflejan esta locura por Maradona.
En ese ámbito, Maradona reiteró su felicidad por llegar a Gimnasia y hasta admitió que está dispuesto a reunirse con el presidente la AFA, Claudio «Chiqui» Tapia. «Yo dije cosas que por ahí no cayeron bien, entonces quería abrirle la puerta ahora que soy parte del fútbol argentino», señaló.
En apenas dos días y medio, ya que el sábado la administración de la institución platense trabajó hasta el mediodía, Gimnasia sumó casi dos mil socios nuevos, que traducidos a dinero (con una cuota de 600 pesos) significan un ingreso de 1.200.000 pesos por mes.
Además, las más de 800 camisetas que se estamparon en la sede con el mítico ’10’ y el apellido de Pelusa se agotaron de inmediato, dejando más de un millón de pesos como recaudación.
Maradona le devolvió la ilusión a un club que no solo atraviesa un turbulento presente deportivo al ubicarse último en las tablas de posiciones y de promedios, sino también económicamente.
Fuente: Infobae.